Navarra

Javier Iturbe: «Me metieron 72 horas en la cárcel por gritar “¡libertad!”»

Número cinco del PSOE por Navarra

Javier Iturbe: «Me metieron 72 horas en la cárcel por gritar “¡libertad!”»
Javier Iturbe: «Me metieron 72 horas en la cárcel por gritar “¡libertad!”»larazon

«¿Jubilarme? No hombre, no. Tengo la cabeza divinamente, mejor que nunca». Así responde Javier Iturbe cuando se le plantea el escenario de dejar la política. A sus 73 años es el candidato más veterano que presenta el Partido Socialista en sus listas; va de número cinco por Navarra y aunque tiene claro que no obtendrá escaño en el Congreso de los Diputados la próxima legislatura, agradece la oportunidad de prestar su experiencia al proyecto del PSOE en una época en la que «se tiende a apartar lo viejo». «La clave del éxito es combinar gente nueva y con experiencia», reconoce a LA RAZÓN. No es la primera vez que Javier concurre a unas elecciones, ya lo hizo en 1986 con Felipe González cuando el partido «estaba pletórico»; ahora –reconoce– las cosas han cambiado mucho. «Antes estábamos en la cresta de la ola y ahora en una situación radical con cuatro partidos en liza». Uno de ellos, el de Pablo Iglesias, que amenaza de forma acuciante a los socialistas por la izquierda.

Después de casi 60 años dedicado a la política, este socialista navarro ve con indignación cómo los partidos que se califican como «nuevos» desprecian la tradición de los «viejos», algo que considera un «error muy grave». En concreto considera que Podemos es «una paradoja», un «fenómeno que se repite» y que ya ha vivido. «Representan a las antiguas élites universitarias como la Federación Universitaria Democrática Española (FUDE). La utopía está muy bien pero luego desaparecieron», recuerda. Ese «ataque fácil» al que recurren los emergentes echando en cara la historia es lo que hiere a este veterano dirigente, que reconoce que se ha dejado «media vida luchando por las libertades». «Me metieron 72 horas en la cárcel y me despidieron por gritar “¡libertad!”, rememora mientras lamenta la demagogia en la que caen aquellos que «desprecian todo lo que ha costado sudor y lágrimas conseguir».

Javier tiene una visión distinta del panorama político; él –que vivió la Transición– no considera que estemos ante una segunda reedición de la misma, aunque le gustaría que el consenso que se alcanzó entonces sirviera ahora para poder reformar la Constitución y dotar a España de una organización territorial federal.

«Ahora se votan las siglas», comenta mirando hacia los partidos tradicionales, que valen más por sus estructuras que por los candidatos que las encabezan. «Los candidatos más que dar votos tenemos que tener cuidado de no quitarlos», advierte con cierta retranca. Para este veterano socialista, la política se ha capitalizado de intereses personales y se han dejado de lado los de los ciudadanos y de los partidos. Prueba de ello es la situación que se da en el Senado, en el que Izquierda Unida y Podemos avalan a Bildu para obtener un escaño. «Con tal de conseguir una “mariscada”–dice refiriéndose a un senador– están dispuestos a cualquier cosa».

En este momento en el que la política se ha instrumentalizado al máximo, emerge –esto sí es emergencia– un candidato que defiende la política «hasta el final» porque de la política «depende todo». «Por ella he entregado mi vida, lo he entregado todo», reconoce. Sus éxitos, los de su partido: haber universalizado la Sanidad, la Educación y las pensiones. «Esto no fue un regalo, lo peleamos», puntualiza