Elecciones generales
Las claves del cara a cara: mandato frente a relato
En el ring dialéctico veremos al buen pastor frente al buen gestor
A menos de una semana para las elecciones generales, Mariano Rajoy y Pedro Sánchez se ven hoy las caras en el único debate en el que participará el presidente del Gobierno contra el líder de la oposición. El «combate» definitivo antes del 20-D: empezará a las 22:00 horas, durará 110 minutos y contará con cuatro bloques de discusión: economía, Estado del Bienestar, reformas institucionales y terrorismo.
Quedan seis días para que Rajoy consolide cuatro años de legislatura sin narrativa, de mandato sin relato, de despacho con oficio pero sin tarima de orador. Cuatro años de hacer sin explicar, de decidir sin comunicar, de gestionar el blanco y negro de la política.
Hoy tendrá su momento, frente a un adversario que jugará a excitar las pasiones desatadas de un electorado que ha encontrado en el PSOE el desagüe perfecto. Gota a gota, incoherencia a incoherencia, voto a voto, pierde apoyos a izquierda y centro.
Los socialistas no creen en su Dorian Grey actual, retrato perfecto que evidencia que la imagen sólo resuelve cuando el mensaje actúa decisivamente. Hasta tuvo que aguantar cómo Rajoy le aconsejaba y le daba ánimos previos al debate: «Eres el aspirante, ¿qué haces debatiendo contra otros que no sea el Presidente?», le vino a decir el sábado en tono paternalista, sabedor el gallego de que hoy tendrá, si no arriesga, un debate controlado.
En el ring dialéctico que moderará Campo Vidal, veremos dos maneras de entender la política y su escenografía. El buen pastor frente al buen gestor, las ideas frente a las emociones exageradas. Suárez contra González, sus legados de nuevo en liza. Ninguno tiene carisma, ninguno es mitinero, pero ambos deberán tener en cuenta algunas claves que pueden ser determinantes para afianzar al votante o desencantarle del todo:
►1. Rajoy, conservador en las formas y en el pensamiento, trasladará esa versión al debate, en una réplica de lo que ya sucedió hace cuatro años contra Rubalcaba. Observará desde la distancia los ataques de su rival para contraatacar donde más duele a Sánchez: la falta de liderazgo y proyecto para España, el peligro de volver a políticas económicas sin base ni contrapeso. Pero el Presidente debe tener cuidado: ser demasiado condescendiente puede jugar en su contra: el papel de víctima, a veces, da réditos en el imaginario colectivo.
► 2. Poner el foco en el tema y arrinconar a tu rival hasta que se retrate. Es una técnica importante que ya ha sido usada en el pasado, bajo diferentes formatos y en diversos países (Sarkozy vs Royal, Clinton Vs Bush). «Es la economía estúpido» o «usted no tiene el monopolio del corazón» como mantras que resumen un debate que nadará entre la estrategia técnica del presidente y el relato sensitivo de Sánchez.
► 3. El factor sorpresa, reducido a su mínima expresión. Hace cuatro años, el fallecimiento de otro soldado español en Afganistán propició que Rajoy iniciara el debate con las debidas condolencias. Eso modificó el agresivo comienzo de Rubalcaba (que reaccionó rápido de reflejos). Hoy, tal vez principien de la misma forma. Cambiar la estrategia del oponente antes de empezar exige iniciar de forma lateral y creativa. Difícil en el Presidente, previsible en Sánchez. Se trata de ir alineado con las expectativas hasta poder superarlas.
► 4. Si no quieres responder a un planteamiento, no aceptes la premisa. Cuando Sánchez ataque con el desmantelamiento del Estado del Bienestar, Rajoy debe decidir si entra en el juego de mensajes justificativos, que harán que pierda la iniciativa del debate, o atacar por la inseguridad de un líder que no saber gobernar ni su propio feudo. Y «quien no sabe gobernar su propia casa, jamás podrá gobernar un país» (Tocqueville).
► 5. Un debate político parte de la visualización que hagas de él. ¿Dónde quieres que se juegue? ¿qué temas no son replicables? ¿Por dónde no debes bajar tu defensa? Rajoy jugará al ajedrez, pensando en el movimiento táctico de su rival antes que en el propio. Sánchez deberá jugar una partida de damas, acortar las distancias dependerá de cuánto terreno comas a su rival en sus temas fetiche. En lo social es dominante, pero sin apelar a lo abstracto o quedará como un dibujante de trazos gruesos, que impone el marco pero que no es capaz de situar el problema en su verdadero recuadro.
En definitiva, el de hoy será un debate que no cambiará mucho, pero que sí dejará claro quién no estará al frente de su partido el año que viene. En palabras de Luntz, lo relevante no es lo que dirán, sino cómo entendemos aquello que dirán. Retratos o retratados, espejos frente a cristales, en la semana política más decisiva de la historia reciente.
Fran Carrillo/Aesor de Comunicación. Director de la Fábrica de Discursos
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