Ciencia y Tecnología
España quiere dar energía al «supertelescopio»
Empresas españolas podrían recibir más de 600 millones para instalar plantas termosolares que pongan en marcha el mayor «ojo cósmico» del mundo
Mañana, los investigadores del proyecto MSL, que ha puesto al robot «Curiosity» en terreno marciano, desvelarán algunos de los hallazgos que «pasan a formar parte de los libros de historia». Así de rotundo se mostró en una entrevista John Grotzinger, uno de los líderes del laboratorio que lleva instalado el robot. ¿Habrá encontrado moléculas orgánicas? Ésta duda sacudió las redes sociales horas más tarde. Y es que los misterios del cosmos cada vez copan más portadas y generan un mayor interés popular, no sólo científico. Así, los proyectos que buscan desentrañar los misterios del universo se han multiplicado y la ambición, en todas las áreas que lo estudian, no deja de crecer. Por ello, los convenios y alianzas internacionales han crecido año tras año. Un ejemplo claro es el del gran telescopio SKA (Square Kilometre Array), que ha agrupado a 13 países y a más de 60 instituciones en torno al mayor proyecto de radioastronomía que existe. Instalará más de 3.000 antenas de 15 metros de envergadura entre dos continentes: África y Australia -que contará con el apoyo de Nueva Zelanda-. «Se trata de un proyecto de nueva generación que rompe con todas las barreras existentes hasta ahora, ya que desarrollará una gran cantidad de tecnologías hasta hoy inexistentes», afirma Jose Carlos Guirado, radioastrónomo y profesor de la Universidad de Valencia.
La gran aportación de este «súpertelescopio» es que va a intentar dar respuesta a las preguntas más básicas de la astronomía y que aún no se han desentrañado. Su objetivo es dar con descubrimientos revolucionarios. Los investigadores que lo promueven, al igual que los creadores del «Curiosity», también quieren entrar en los libros de historia. Entre los campos que quieren abordar destacan los de la astrofísica o la física fundamental. ¿Cómo se formaron las primeras galaxias? ¿cuándo apareció la materia oscura? ¿tenía razón Einstein con su Teoría de la Relatividad? Pero, los científicos no se quieren quedar sólo aquí. Guirardo sostiene que una de las virtudes que tiene el SKA es que, «además de descubrir cómo trabaja el hidrógeno a nivel cósmico, también podría detectar señales de extraterrestres». Eso sí, «siempre que las emitan», puntualiza. La sensibilidad del mayor «ojo cósmico» del mundo -comenzará a construirse en 2016 y trabajará a pleno rendimiento en 2024- será 50 veces mayor y se moverá 10.000 veces más rápido que cualquier telescopio que exista en el planeta. Su coste supera los 1.500 millones de euros, dentro del que se incluye un superordenador capaz de almacenar 1.500 petabytes de datos útiles al día. Pero, al margen del reto tecnológico, el mayor desafío al que se enfrentarán los científicos que participan en el proyecto es la energía. Y en esto, España, gracias al desarrollo de los últimos años, se postula como la mejor apuesta para liderar el paquete energético.
Reto tecnológico
«Las primeras estimaciones hablan de entre 100 y 80 MW de potencia total instalada, de la cual aproximadamente la mitad cubre las necesidades de los centros de computación y la otra mitad estará muy dispersa», explica Manuel Silva, del Centro Tecnológico Avanzado de Tecnologías Renovables y uno de los impulsores del programa SKA en nuestro país. «A los sistemas de generación habrá que añadir los sistemas de almacenamiento energético, sistemas de seguridad (alimentación ininterrumpida o similar) y otros auxiliares», insiste. Una primera estimación, con un margen de error aún muy grande, «puede situar la inversión para el proyecto completo entre 600 y 800 millones de euros», concluye el experto. Una cantidad nada desdeñable y que podría dar un gran empujón a la industria termosolar y fotovoltaica de nuestro país. La repercusión en el sector español de energía solar tendría dos aspectos: el gran volumen del contrato y el prestigio internacional que obtendría nuestro país. La construcción de discos solares con la última tecnología sería el principal objetivo de nuestra industria. «La decisión de quién se ocupará de este paquete se tomará durante el primer trimestre del próximo año. El posible consorcio español deberá presentar su propuesta el 15 de marzo», asegura el experto de la Universidad de Valencia.
En principio, de acuerdo con los expertos, España tiene todas la papeletas para conseguir este importante trabajo. Incluso podría contar con el apoyo de grandes países como Alemania, que entrará en la Organización SKA en los próximos meses, y Holanda. Ambos podrían proponer a algunas de sus empresas para que colaboraran con el grupo español, pero no optarían a liderarlo. El único problema, y el más importante, es que en 2010, en plena crisis económica, se reestructuró la organización del proyecto y España se abstuvo de participar en él. Aun así, cuenta con la industria española a la hora de desarrollar este importante proyecto. Y es que ser miembro del SKA tiene un coste: un millón de euros repartido en cuatro años. Una cifra tal vez demasiado alta para la difícil situación económica en la que está sumida España.
✕
Accede a tu cuenta para comentar