Internacional
Gog y Magog
Mientras Sánchez prometía su cargo ante el Rey «por su conciencia y honor», en una sencilla, austera y muy laica ceremonia, el mundo sigue su curso. En los últimos días hemos asistido a la escalada de tensión entre Irán y EE UU que nos recuerda –por si lo habíamos olvidado– que no vivimos precisamente en el mundo feliz de Huxley. Algunos optimistas pueden creer que no llegará «la sangre al río», y que el uso del arma nuclear con el que terminó la pasada conflagración mundial, hizo que aquella fuera la segunda y última Gran Guerra, ante la amenaza de una más que probable «destrucción mutua asegurada» entre eventuales contendientes. Aunque aquella fórmula –la «DMA»– quedara superada por Reagan y su IDE (Iniciativa de Defensa Estratégica), lo cierto es que la revolución tecnológica y digital ha cambiado las reglas del juego de la disuasión nuclear que hasta ahora funcionaban. Aunque vivimos tiempos muy diferentes, no olvidemos que las conductas humanas no son siempre predecibles y se pueden descontrolar en un instante. La Historia nos lo enseña: Hace un siglo, Europa vivía en un mundo feliz, y se vio embarcada en un conflicto que iba a durar unos pocos días, y acabó convirtiéndose en la que sería la Primera Guerra Mundial. Son «tiempos recios» –que diría nuestra santa de Ávila– y, para estar actualizados, recomiendo a los aficionados al género, la lectura reflexiva del episodio bíblico protagonizado por Gog y Magog.
✕
Accede a tu cuenta para comentar