Gobierno de España

El caso Delgado

El caso Delgado
El caso DelgadoLuis DiazLa Razón

El nombramiento de Dolores Delgado como Fiscal General del Estado, ha creado una gran controversia en el ámbito judicial, político y en el seno del mismo ministerio público.

Algo plenamente justificado, puesto que con esta designación, el Presidente Sánchez desmiente rotundamente cuantas afirmaciones ha proclamado de palabra y por escrito acerca de la autonomía exigible para la Fiscalía respecto del poder político.

A estas alturas, no debería sorprendernos nada de lo que haga Sánchez, pues el adagio popular lo define claramente: «Quien puede lo más, puede lo menos». Quien ha incumplido todas las promesas y compromisos adquiridos, y actúa como Groucho Marx con los principios que afirma poseer, ha dado un paso significativo en esa dirección.

Sánchez sabe que debe su puesto y su permanencia a los separatistas que están en prisión o fugados para eludir la justicia por los delitos cometidos, y que le han exigido, a cambio, resolver el «conflicto político» «desjudializando la política», para lo cual necesita una justicia politizada que lo permita. Las dos instituciones que lo dificultan son la Fiscalía y la Abogacía del Estado.

Conocemos lo que ha hecho con la segunda, y ahora le toca a la Fiscalía. Aunque no será fácil, en eso está y continuará mientras pueda: es su manual y concepto de resistencia. Verdaderamente, está en juego la misma subsistencia de la España constitucional y unida que conocemos, aunque pueda parecer increíble.