El Gobierno de Pedro Sánchez
El Gobierno bordea el conflicto de intereses con el marido de Teresa Ribera
La pareja de la vicepresidenta es el candidato favorito para presidir la CNMC de cara a su próxima renovación. Desde 2017 ostenta el cargo de consejero a propuesta del PSOE
Mariano Bacigalupo, consejero de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), es el gran favorito para ocupar la presidencia del organismo regulador. Bacigalupo, que ostenta el cargo desde 2017 a propuesta del PSOE, es el marido de la recién nombrada vicepresidenta para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, circunstancia que podría dar lugar a un claro conflicto de intereses, ya que la CNMC es el organismo que regula los mercados, entre ellos el sector energético, sobre el que Ribera tiene competencias.
La CMNC es, teóricamente, un organismo público independiente del Gobierno y con personalidad jurídica propia, a pesar de que el nombramiento de sus 10 miembros, incluido su presidente, es competencia del Ejecutivo, en este caso a propuesta de la vicepresidenta económica, Nadia Calviño.
Bacigalupo (Buenos Aires, 1968) es el candidato mejor situado para relevar al actual presidente de la CNMC, José María Marín Quemada, según reveló ayer el diario «Expansión». Marín Quemada y cuatro consejeros de la CNMC cumplieron su mandato de seis años, el plazo máximo de permanencia, el pasado mes de septiembre, pero las turbulencias políticas y la parálisis de un Gobierno en funciones han ido retrasando su renovación.
Según recuerda la propia CNMC desde su página web, el Consejo es el órgano colegiado de decisión, y «está sometido a un estricto régimen de incompatibilidades». Un portavoz del organismo regulador recordaba ayer que los consejeros deben superar un examen de idoneidad ante la Comisión de Economía del Congreso de los Diputados, que aún no se ha constituido. El mismo portavoz, sin embargo, eludió cualquier comentario sobre el posible nombramiento de Bacigalupo.
El pasado verano, la entonces ministra en funciones Ribera aseguró que tiene intención de legislar para regular y ordenar el acceso a la red de los nuevos megavatios de energías renovables, evitando así una posible «burbuja» ante un número de petición de licencias superior a lo esperado. Pero precisamente la regulación y el arbitraje del sector energético es una de las tareas prioritarias de la CNMC, y la vicepresidenta de Transición Ecológica tiene competencias para regular desde el Gobierno ese mismo sector, lo que podría derivar en un conflicto de interes.
Uno de los principales inconvenientes que tendría el nombramiento de Bacigalupo, abogado de profesión, como presidente de la CNMC es que le correspondería precisamente a él ocupar la presidencia de la Sala de Competencia (una de las dos, junto a la de Supervisión Regulatoria, que integran la CNMV). Y el marido de Ribera ha tenido en estos últimos años una especial dedicación a la regulación del sector energético, ya que en su trayectoria profesional figura, entre otros cargos, haber sido vicesecretario general y secretario general de la Comisión Nacional de la Energía.Para sortear ese previsible conflicto de intereses, la vicepresidenta de Transición Ecológica debería inhibirse en el Consejo de Ministros en todos aquellos asuntos relacionados con los sectores que regula la CNMC, entre ellos el energético, un sector clave de las competencias de Ribera.
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