Narcotráfico

El narcotráfico, prácticamente paralizado por el coronavirus

Los capos se reúnen en los centros comerciales para no ser detectados

Así era el «narcosubmarino» interceptado en Galicia
Así era el «narcosubmarino» interceptado en GaliciaAntonio Cruz

El narcotráfico está prácticamente paralizado a causa de la pandemia de coronavirus. La venta al “menudeo”, a los consumidores, se ve dificultada por el cierre de los locales donde habitualmente se vendía y por el hecho de que las calles están prácticamente vacías y es más fácil detectar este tipo de actividades que en otros momentos. Se da por hecho que el precio de las sustancias estupefacientes ha subido por el mayor riesgo que corren los que trafican con ellas.

Según han informado a LA RAZÓN expertos policiales, con las grandes operaciones de tráfico desde los países de centro y sur de América ocurre lo mismo. La salida desde las costas es muy difícil por el menor tráfico marítimo y la llegada a costas españolas, en especial a Galicia, muy complicada.

Las únicas operaciones que están en marcha son las que se hallan en alta mar, que se pusieron en marcha antes de que se adoptaran las medidas restrictivas por el coronavirus, y algunas de ellas ya han sido abortadas por la Policía. Información al respecto será facilitada a la opinión pública una vez que finalicen las correspondientes diligencias.

Los grandes capos de la droga, según las citadas fuentes, prefieren no correr riesgos en estos momentos. Saben que las Fuerzas de Seguridad no han bajado la guardia y que están preparados, como ya ha ocurrido, para intervenir en cualquier momento.

Los mismos agentes reconocen que las vigilancias, con calles desiertas, puertos con muy poca actividad, resultan mucho más complicadas, ya que un vehículo o un policía, aunque vaya de paisano, puede ser detectado por los narcos con relativa facilidad.

Sin embargo, no renuncian a mantener operativas sus “maquinarias” para cuando pase la crisis del coronavirus y celebran las escasas reuniones que mantienen en centros comerciales aue mantienen abiertas sus tiendas de alimentación.

La gran afluencia de público que acude a estos lugares les permite, o al menos eso es lo que ellos piensan, pasar inadvertidos y trazar planes para el futuro; o estudiar la forma de organizar, sin ser detectados, el desembargo de los citados cargamentos que ya se encuentran en alta mar.

Por otra parte, se ha tenido conocimiento de que un individuo llamado Alexánder Giraldo Santa, ingeniero de profesión, originario de Cali, habría hecho unas manifestaciones a la DEA (agencia antidroga) norteamericana en las que habría aportado nuevos datos sobre el narcosubmarino interceptado en aguas gallegas. La Policía española no les da ninguna credibilidad y las atribuye al deseo de este individuo de llegar a algún pacto para ver reducida su posible condena.

En cualquier caso, se ha ofrecido a colaborar con el Departamento de Justicia y la DEA conocer detalles de la de la construcción de estos aparatos, lugares de ensamblaje, rutas...pero a ha dado un dato que no concuerda: en el narcosumarino iban cuatro tripulantes.

Otra cosa es que el tal Giraldo esté metido en el mundo del narcotráfico y que se haya servido de semisumergibles para transportar la droga a algunos lugares.