Sin Guardia Civil y Policía en las ruedas de prensa tras la polémica

El formato de las ruedas de prensa que se celebran diariamente en el Palacio de la Moncloa ha cambiado. Ayer fue el último día en que comparecieron los representantes de las Fuerzas de Seguridad y de las Fuerzas Armadas en el Comité Técnico de Seguimiento de la Pandemia del coronavirus.

Desde sectores de estas instituciones se había comentado en las últimas semanas que se estaba produciendo una «sobre exposición» de los mandos a los medios de comunicación, en un asunto que es, ante todo, una crisis sanitaria.

Además, se podía ofrecer la imagen que se trataba de transmitir a la opinión pública una imagen coercitiva de la actuación de las FSE, al informar de detenciones, cuando la labor de éstas y del Ejército ha sido y es, ante todo, humanitaria durante la crisis.

Aunque es inevitable que el cambio de formato se relacione con la polémica intervención del general de la Guardia Civil José Manuel Santiago, en la que habló, por error, de que se actuaba para frenar críticas al Gobierno y no al Estado, que es lo que realmente están haciendo las unidades especializadas en ciberactividades de la Benemérita, lo cierto es que las quejas sobre la citada sobre exposición vienen de antes. «En algún momento podía ocurrir lo que pasó, sobre todo con personas que no están acostumbradas a comparecencias continuas ante los medios de comunicación», agregaron. Además, resultaba absurdo que un general tuviera que informar del robo de unas decenas de kilos de naranjas y limones, como pasó.

El incidente, lejos de olvidarse, se utiliza cada vez con más frecuencia como argumento del debate político. «Hemos renunciado a dar más explicaciones, porque parecen inútiles cuando no se quieren escuchar», confiesan mandos de la Guardia Civil a LA RAZÓN.

El término «gobierno» y no «estado», como debería decir, estaba en una comunicación, ya corregida, que se ha utilizado en anteriores ocasiones, con motivo de hechos relevantes en los que la cibervigilancia se debía activar. Nadie cayó en ello, y no llamó a escándalo hasta que el general Santiago lo dijo en el palacio de la Moncloa.

Otro incidente, que provocó polémica, se produjo cuando el representante de la Policía desveló que en este cuerpo ya se habían dado órdenes el 24 de enero para que los agentes de fronteras tuvieran precaución y se protegieran con mascarillas. En aquella comparecencia, el secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver, intentó matizar, sin éxito, la repuesta; y la crisis estalló sobre el momento en el que el Gobierno supo de la incidencia del coronavirus.