Coronavirus
El “plan b” era "c"
Al final resulta que sí había «plan B», aunque en realidad fuera el «plan C’s». Sus diez diputados sustituyen a los trece de ERC, dando una idea del caos político en el que estamos instalados. Quién iba a decir que prorrogar hasta el 24 de mayo —de momento— una suspensión de derechos fundamentales y libertades públicas sin precedentes en nuestra historia democrática, se conseguiría gracias a la unidad en torno a Sánchez, de partidos tan presuntamente inmiscibles como Podemos, C’s y PNV. Con ello, Arrimadas ha congregado un esperado y unánime aplauso de Podemos, sus confluencias y el sanchismo, lo que es significativo. Y lógicamente esto le reportará «visibilidad política», aunque no sé si para bien. Por lo pronto, ya ha comenzado la desbandada de visibles referentes de su partido. Con la lógica política aplicada —nítida crítica desde el escaño, para después votar a favor o abstenerse—, podríamos perpetuarnos en estado de alarma indefinido. Por lo demás, en situaciones extremas así, un partido «de Estado» debe asumir posiciones claras: «lavarse las manos» es una buena medida higiénica, pero no política. El referente histórico de esta posición no ha recibido precisamente un juicio benévolo de la Historia. El virus maldito ha contaminado la sociedad española en general y la política en particular, alcanzando una toxicidad alarmante: el discurso de la portavoz socialista es incompatible con la presunta voluntad de un necesario Acuerdo Nacional ante la enorme crisis que se avecina. Así estamos.
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