Casa Real

Sánchez vira y abandona a Don Juan Carlos

El Gobierno pasa en 24 horas de defender la «presunción de inocencia» del monarca a calificar las informaciones que le afectan de «inquietantes y perturbadoras».

Pedro Sánchez recibe en la Moncloa al presidente italiano Giuseppe Conte
Pedro Sánchez recibe en la Moncloa al presidente italiano Giuseppe ConteCristina BejaranoLa Razón

Moncloa se mueve a medida que las informaciones sobre Don Juan Carlos se suceden en los medios de comunicación. El Gobierno ha virado en su estrategia conservadora respecto al Rey emérito y ha adoptado ahora una actitud más proactiva, que sorprende –incluso– por el lenguaje utilizado. Pedro Sánchez ha pasado de defender en sede parlamentaria, ante sus socios de ERC, que no existe impunidad en nuestro país y que hay que «dejar trabajar a la Justicia», porque solo el Poder Judicial puede determinar «el castigo», a lanzar una dura valoración sobre las informaciones que se están conociendo en los últimos días sobre el Rey emérito. Dándolas prácticamente por probadas, las calificó de «inquietantes y perturbadoras». El cambio se ha producido de un día para otro, literalmente, pues hace escasas 24 horas en la comparecencia posterior al Consejo de Ministros que se celebró este mismo martes en Moncloa, tanto la portavoz gubernamental, María Jesús Montero, como el titular de Justicia, Juan Carlos Campo, defendieron la «presunción de inocencia» del monarca y que la «Justicia es igual para todos».

El viraje no solo se ha percibido en las formas, sino también en el fondo. Hasta ahora, el PSOE ha protegido en cierta medida la figura del Rey emérito, oponiéndose sistemáticamente en el Congreso de los Diputados a avalar las peticiones de iniciar comisiones de investigación sobre los presuntos negocios ilícitos de Don Juan Carlos. Lo han hecho enfrentándose a sus socios y aferrándose a los informes de los letrados de la Cámara que incidían en que su condición de inviolable no le permitía ser sometido a juicio alguno por las actividades enmarcadas en su periodo de reinado. Una inviolabilidad que también afecta al ámbito judicial, tal como publicó ayer LA RAZÓN.

Este posicionamiento de los socialistas ha causado tensiones dentro del Gobierno, ya que desde Unidas Podemos sí se han apoyado estas iniciativas, y también con sus socios de investidura, que fueron quienes las promovieron. Es más, para tumbar las citadas investigaciones al monarca en sede parlamentaria, el PSOE se tuvo que alinear con PP y Vox en la Mesa del Congreso. También en el seno del propio Partido Socialista existen discrepancias y su alma más republicana ha alzado la voz contra la pasividad de la formación, pidiendo que el jefe del Estado tenga que rendir cuentas de su patrimonio a través de una declaración pública de sus bienes.

El pronunciamiento de Sánchez se produjo en una comparecencia conjunta con el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, ante el que alabó que «los medios se están haciendo eco y no están mirando hacia otro lado, la Justicia está actuando y la Casa Real está marcando distancias frente a estas informaciones inquietantes y perturbadoras y eso es algo que agradezco». La reunión con Conte venía precedida de una entrevista en «Il Corriere della Sera» en la que el presidente del Gobierno presumía de tener una «relación muy estrecha» con Felipe VI. «Continuamos reuniéndonos una vez a la semana. Tenemos una relación muy estrecha. A un rey no se trata de tú, pero el si lo hace conmigo. Somos de la misma generación», aseguraba al diario italiano.

Lo cierto es que en Moncloa se ha levantado un cortafuegos en torno a la figura del actual monarca, avalando su estrategia de marcar distancias con su progenitor. En marzo, epicentro de la pandemia del coronavirus y cuando Don Felipe renunció a la herencia del Rey emérito y le retiró la asignación que percibía, Sánchez en una comparecencia pública aplaudió su decisión. «A juicio del Gobierno y mío solo puedo apoyar la decisión de Felipe VI. Creo que las medidas que ha adoptado son necesarias y coherentes con la ejemplaridad de su reinado y de la Casa Real», señaló entonces. En esta empresa existe unidad entre Gobierno y parte de la oposición, la que representan PP y Ciudadanos. El líder popular, Pablo Casado, también quiso poner ayer el foco en la «actitud ejemplar» de Felipe VI para evitar entrar a valorar –y defender– a Don Juan Carlos.

Dentro del Gobierno ven esta cuestión como un «terreno pantanoso» y explican las palabras de Sánchez, asegurando que las informaciones que se están publicando son «graves» y es necesario «marcar perfil» dentro del Gabinete –en relación a Unidas Podemos– pero también fuera del mismo, con la mirada puesta en sus socios de investidura. Sin embargo, desde el sector más tradicional y algunos territorios se critica que este no era quizá el mejor momento, en una semana marcada por el escándalo del «caso Dina», unas actuaciones judiciales que sí se evita valorar desde el Ejecutivo, al tiempo que se califica de «perturbadoras» e «inquietantes» las que afectan al Rey emérito. En el PSOE hay un cierre de filas total con Don Felipe y se considera más significativo que Sánchez no eligiera distanciarse de Podemos, acudiendo al funeral oficiado el pasado lunes en La Almudena.