Memoria Histórica
Calvo: «Saqué a Franco del Valle de los Caídos, no pude tener más suerte en esta vida»
“En los años 60 se extirpó la vesícula a las mujeres para olvidar el dolor”, aseguró la exvicepresidenta del Gobierno durante una conferencia sobre su trayectoria política
«No sé con qué pagarle a la suerte, al destino... Devolví los papeles de Salamanca, pero es que saqué a Franco del Valle de los Caídos... no pude tener más suerte en esta vida». Son palabras de Carmen Calvo, exvicepresidenta del Gobierno, durante su participación el pasado 6 de octubre en una conferencia sobre «La necesidad de memoria democrática hoy», organizada por UGT Madrid, la Escuela Julián Besteiro y la Fundación Progreso y Cultura.
En su intervención, que se prolonga durante dos horas y media, Calvo compite con Pedro Sánchez en los honores para «pasar a la Historia», como dijo el presidente, por haber culminado el traslado de los restos de Franco a Mingorrubio (El Pardo), y hace un repaso sobre su trayectoria política en el ámbito de la Memoria Histórica. «Con un equipo de cuatro juristas sacamos a Franco porque nos habían tocado la fibra como juristas, luchamos contra la Fundación Franco, la familia Franco y los togados de este país, contra todas aquellas trampas jurídicas, que aquello era de suspense...», explica.
«Lo intenté en el Gobierno de Zapatero y me dijeron que jurídicamente era imposible, pero la segunda vez, con Pedro Sánchez, tenía que hacerlo ya... lo sacamos, y nos devolvieron el Pazo de Meirás», cuenta al auditorio en la sala de la Escuela Julián Besteiro, que ríe cuando escucha que entró «en el cuarto de baño» de Franco en el Pazo y al acordarse le «da fiebre».
En relación con la finca coruñesa, la hoy presidenta de la Comisión de Igualdad del Congreso afirma: «Pasé una tarde con [Alberto Núñez] Feijóo [presidente de la Xunta de Galicia] y le llamó generalísimo o general cinco veces... ya está, ¡eh! [le reprendió] Que lo has dicho cinco veces... era un dictador... esa es la trastienda», asegura respecto a un «PP todavía afectado por el tardofranquismo».
En la charla, que modera María Sáinz Martín, secretaria regional de Igualdad del PSOE-M, hay una referencia al «logro» que supone que en la Ley de Memoria Democrática –aprobada el día anterior– haya «perspectiva de género, porque no lo había habido antes». Y pone el acento en el protagonismo femenino. «A las mujeres nos pasaron cosas terribles. La represión fue dura, pero lo peor... miles y miles de mujeres se quedaron solas o viudas con los hijos, en entornos hostiles,... el sufrimiento de esas mujeres es descomunal, porque quien paga con su vida es terrible, pero su padecimiento ha durado 30, 40 o 50 años... ¿cómo las reparamos?». Y refiere que «una amiga médica» le «dijo que en los años 60 a las mujeres se les quitaba la vesícula; hubo miles de operaciones». Según Calvo, «es un órgano que se inflama mucho y tiene que ver con la impotencia, la tristeza... los nervios. A esas mujeres se les quitó la vesícula a casi todas, intentando que ya nadie se acordara de lo que habían padecido».
Consultado un especialista, el doctor Ricardo Gómez Huelgas explica a este diario que las «dispepsias funcionales [dolor o malestar en el hemiabdomen superior], muchas veces de origen psicosomático y relacionadas con el estrés, solían atribuirse a la colelitiasis (piedras en la vesícula), cuando en realidad es muchas veces asintomática». Ese «puede ser el nexo», considera, de una afirmación cuyas connotaciones políticas no valora.
En otra parte de su intervención, Carmen Calvo alude a que la Ley de Memoria Democrática «no incluye grandes reparaciones económicas, porque llevamos casi 31.000 millones ya pagados a las víctimas», elevando la cifra oficial que hasta ahora se consideraba de 25.000 millones de euros, según la Asociación por la Reconciliación y la Verdad Histórica, que deplora las manifestaciones de la política socialista.
«Somos el único país del mundo en el que hay desaparecidos, que hasta Chile y Argentina lo han hecho mejor que nosotros, y para que esto no vuelva a pasar los que mejortienenque saberlo son los niños y las niñas», concluye Calvo su alocución.
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