Ciudadanos

29-J: Rivera se blindará ante los críticos de Ciudadanos

Modificará los estatutos. Convoca una reunión extraordinaria del Consejo General donde recolocará en la cúpula a sus afines

El presidente de Ciudadanos aún no ha dado a conocer las modificaciones estatutarias que se votarán en el próximo Consejo General
El presidente de Ciudadanos aún no ha dado a conocer las modificaciones estatutarias que se votarán en el próximo Consejo Generallarazon

Pese a los esfuerzos de Albert Rivera, desde que se levantase la liebre el pasado 24 de junio en la reunión de la Ejecutiva más convulsa que se recuerda, las cosas no acaban de ir como antes en el seno de Ciudadanos. Su firme negativa a facilitar la investidura de Pedro Sánchez ha proporcionado al líder naranja elogios y críticas a partes iguales. Estas últimas han llegado incluso desde ciertos sectores de dentro de la formación, un hecho que prendió una llama que aún no se ha apagado del todo. El presidente de Cs está decidido a olvidar el calificativo de «veleta» que hasta ahora había sido el preferido por la mayoría de sus rivales, aunque eso implique que el país siga sin un Gobierno estable. El propio Pablo Casado emplazó a Rivera hace unas semanas a repensar su postura y plantearse la abstención. Pese a ello, el «no» sigue siendo rotundo –lo ha recalcado cada vez que ha tenido ocasión–, una postura que sigue sin gustar a algunos de sus dirigentes, los que no se cierran a hablar con el PSOE. En ese bando, Francisco Igea, Luis Garicano y Fernando Maura ya son conocidos, aunque no son los únicos. Pero, aunque Rivera se ha afanado por aludir a la unidad del partido, parece que se avecinan cambios: el próximo lunes, 29 de julio, ha convocado un Consejo General –el máximo órgano entre asambleas– extraordinario con dos puntos en el orden del día: una modificación estatutaria y otra del reglamento del propio Consejo General.

Ninguna se ha conocido todavía, pero hay voces de dentro de la formación que apuntan a LA RAZÓN a que pueden ir encaminadas a «dar más poder» al líder naranja, aunque desconocen cómo. «El Consejo está controlado por Rivera. Si lo convoca es para aprobar algo que ha decidido cambiar», añaden estas mismas fuentes para recalcar que, una vez más, no se espera que haya «oposición». De momento, ambas modificaciones siguen siendo un secreto hasta para los propios afiliados de Ciudadanos. Sin embargo, pese a la posibilidad de que Rivera vaya a atestar otro golpe a la corriente crítica, los «opositores» no están inquietos. Al menos de momento. «Actualmente ya puede poner y quitar a quien quiera», recuerdan. De paso, Rivera podría dar más poder de decisión a su «núcleo duro», el que se fogueó en Cataluña: Inés Arrimadas, José Manuel Villegas, Fernando de Páramo, Fran Hervías, Juan Carlos Girauta y José María Espejo, así como a algunos de los «fichajes estrella» que dejaron de ser independientes hace tan solo unas semanas: el más importante, Marcos de Quinto, ex vicepresidente de Coca Cola, pero también el abogado del Estado Edmundo Bal.

La veda de las «fugas» la abrió Toni Roldán, el que fue hasta el 24 de junio el portavoz de la Ejecutiva naranja en asuntos económicos. A él se unió minutos después Javier Nart, que también dejó el órgano de dirección de Cs. Después de días de silencio en el periodo más difícil de la joven formación, Rivera reapareció en el Consejo General para lanzar un mensaje: «Si algunos piensan que el sanchismo tiene que campar a sus anchas, que presenten un partido político y se sumen a Sánchez. Los partidos políticos están para defender sus ideas frente a los electores y nosotros vamos a construir esa alternativa». Uno de los que parece que ha captado la idea es Francisco de la Torre, miembro de la Ejecutiva y responsable de Política Fiscal, que, según informaron a Ep fuentes cercanas al parlamentario, se estaría planteando abandonar Cs por el rumbo que ha tomado Albert Rivera. Por si fuera poco, Xavier Pericay, el último fundador de Ciudadanos que seguía participando de forma activa en las decisiones como parte del Comité Ejecutivo, anunció la semana pasada su marcha. Pericay fue uno de los impulsores del manifiesto alumbrado en 2005 que un año después alumbraría al partido de Albert Rivera. Una formación que, por el rumbo que ha tomado en los últimos meses, cada vez se distancia más de ese texto que sirvió de semilla para un proyecto político que ha pasado de llevar la socialdemocracia en su ADN –Rivera la eliminó en 2017– a ser «liberal progresista».