La amenaza yihadista
A juicio dos yihadistas listos para «cometer acciones violentas»
Según el escrito de acusación de la Fiscalía, uno de ellos llegó a ofrecerse para morir como un mártir a través de su cuenta de Facebook el 10 de octubre de 2016
Según el escrito de acusación de la Fiscalía, uno de ellos llegó a ofrecerse para morir como un mártir a través de su cuenta de Facebook el 10 de octubre de 2016.
Dos supuestos yihadistas detenidos en noviembre de 2016 y que, según la Fiscalía, estaban listos para «cometer acciones violentas», se sientan a partir de hoy en el banquillo de la Audiencia Nacional. Fouad Bouchihan e Ilyas Chentouf se enfrentan a una posible condena a siete años de cárcel que reclama para ambos el Ministerio Público por integración en organización terrorista. Ambos, de nacionalidad marroquí, aunque con permiso de residencia en España, se habrían adoctrinado a través de las redes sociales hasta el punto de lograr su capacitación para cometer atentados terroristas.
Según el escrito de acusación de la Fiscalía, Chentouf, de 20 años, llegó incluso a ofrecerse para morir como un mártir (shahid) a través de su cuenta de Facebook el 10 de octubre de ese año, lo que precipitó su detención apenas mes y medio después. Ese día publicó en esa red social dos fotografías de dos combatientes yihadistas fallecidos en combate con el siguiente comentario en árabe: «Dime por Allah ¡oh mártir! ¿Qué has visto para sonreír? Las alegría de la foto nos hace dudar de que realmente esté muerto. ¡Oh Allah! Haz que muramos como mártires, yo y todos los que creemos en Allah».
La Policía contabilizó a Chentouf entre 500 y un millar de búsquedas de material de adoctrinamiento y adiestramiento yihadista del Daesh, el autoproclamado Estado Islámico, en lo que los investigadores identificaron con una «clara alineación con el islamismo radical» que incluía continuos llamamientos a la yihad e incluso la legitimación de atentados yihadistas. Del mismo modo, en esa red social sublimaba la actuación de los muyahidines, «en especial a los niños que están combatiendo en las filas yihadistas».
Un adoctrinamiento infantil que el otro procesado se tomaba al pie de la letra. Según reseñó la juez Carmen Lamela en el auto en el que acordó su ingreso en prisión el 21 de noviembre de 2016, a Bouchihan, de 26 años, los agentes le intervinieron un vídeo en su domicilio en el que se le ve «aleccionando a su hijo» menor de edad e «intentando que el niño repita expresiones como “Alá es grande”» y «el Estado Islámico permanece». En esas imágenes, además, enseña al pequeño a hacer la señal del Tawhid, el dedo índice señalando hacia el cielo habitual entre los yihadistas. Bouchihan habría mantenido también vínculos con otros presuntos islamistas como Faysal Chalit, preso en Marruecos, y Junaid Hameed Parveen, encarcelado en España y a quien se considera uno de los «destacados activistas del Daesh en nuestro país».
Esas amistades peligrosas incluían igualmente contactos con yihadistas desplazados a zonas de conflicto. Así ocurrió con un menor de 15 años nacido en Madrid que se encontraba en esas fechas combatiendo en Siria en las filas del Daesh junto a su padre y dos hermanos (uno de ellos falleció posteriormente).
Lamela apuntó en el auto de prisión que Bouchihan se sentía «plenamente identificado con los métodos violentos y las creencias totalitarias dictadas por el Daesh», según constataba a través de sus siete perfiles repartidos entre Facebook y Twitter. Los utilizó para propagar el ideario yihadista, sublimar la guerra santa y glorificar a los muyahidines, llegando a calificar al Daesh de «invención divina».
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