Cerco a la corrupción
...a Rubalcaba
Reclama explicaciones y transparencia pero olvida que el historial de su formación está plagado de tramas corruptas. El PSOE, único partido al que la Justicia ha condenado por financiacion ilegal
«A mediados de 1987 se inició lo que poco después iba a ser un conglomerado de sociedades cuyo fin primordial era, de la manera que se dirá, la creación de fondos económicos necesarios para hacer frente a los gastos originados al Partido Socialista Obrero Español por las campañas electorales, Elecciones Generales y Europeas, del año 1989, con lo cual, sin perjuicio de atender también a la financiación ordinaria, se soslayaban los límites cuantitativos establecidos al respecto por la legislación vigente constituida por la Ley Orgánica 3/87 de 2 de julio», la ley que regulaba la financiación de los partidos políticos. Con esta rotunda afirmación comenzaba la sentencia dictada el 28 de octubre de 1997 por el Tribunal Supremo , la que se conoció como el «caso Filesa», que constituyó el primer caso de financiación ilegal de un partido constado y probado, hasta ahora, por la Justicia. Se trataba de una organización perfectamente establecida y dirigida a nutrir de fondos al PSOE, integrada inicialmente por tres sociedades, Filesa, Malesa y Time Export, aunque al final todo se centró en la primera de ellas, y en la que tuvieron una participación algunos de los entonces dirigentes del Partido Socialista, como Josep María Sala, que era senador y secretario de organización del PSC, Carlos Navarro, diputado y secretario de finanzas del mismo partido y del Grupo Socialista en el Congreso, o Aída Álvarez, que fue responsable de finanzas del PSOE.
La organización era tal, que el Tribunal Supremo condenó a Sala, Navarro, Luis Oliveró y Alberto Flores –estos dos últimos vinculados igualmente al PSOE– , entre otros, por un delito de asociación ilícita. Lo resume de forma muy explícita la propia sentencia del Supremo: «Time Export, Filesa o Malesa se constituyeron, efectivamente, como grupos que buscaban, como fin claro y último, ayudar al partido político en todo cuanto pudiera suponer su financiación». ¿Y en qué consistía la actividad de Filesa? En algo tan elemental como «pedir» dinero a bancos, empresas, etc, sin contrapartidas aparentes y sin que los «trabajos» facturados fuesen tales, y toda para ganarse, supuestamente, el favor político de quien entonces estaba en el poder, el PSOE. «Filesa se programó con un sinfin de operaciones diversas, tendentes a la obtención de fondos para el partido. Unas veces, emitiendo facturas mercantiles, veintinueve en total, correspondientes a supuestos informes inexistentes materialmente unos, realizados ficticiamente otros, que se decía habían sido encargados por distintas empresas con objeto y finalidad intranscendente por lo común, aun a pesar de que a veces esas empresas contaran con servicios técnicos apropiados o aun a pesar de que éstas pasaran en esos momentos por delicadas situaciones económica».
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