Reforma de la Ley del Aborto
Acreditar el riesgo para la madre evitaría hasta 100.000 abortos al año
Si se obligara a acreditar de forma fehaciente el riesgo para la madre, caerían en picado las interrupciones voluntarias. En Polonia, que mantiene un modelo similar de control, han bajado un 99,5% los abortos voluntarios
El anuncio del ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, en LA RAZÓN sobre los cambios que introducirá la nueva regulación del aborto ha generado un enorme optimismo entre los grupos provida.
El anuncio del ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, en LA RAZÓN sobre los cambios que introducirá la nueva regulación del aborto ha generado un enorme optimismo entre los grupos provida. Es más, algunos creen que podrían evitarse hasta el 90 por ciento de las interrupciones voluntarias del embarazo si, tal como ha anunciado el ministro, se obliga a las embarazadas a acreditar «con una auténtica constatación» que efectivamente existe un peligro físico y psíquico para la madre. En España, el 98 por ciento de los abortos que se practican se amparan en este supuesto y se considera que es el «gran coladero» legal para abortar a partir de las 14 semanas de gestación porque, antes no es necesario dar ningún tipo de explicación.
Según los últimos datos del Ministerio de Sanidad, de las 118.359 interrupciones voluntarias del embarazo que se practicaron en 2011, un total de 8.640 se produjeron alegando grave riesgo para la vida o la salud de la embarazada; 3.234 por riesgo de graves anomalías en el feto incompatibles con la vida o enfermedad extremadamente grave e incurable. Algunos ginecólogos, como Luis Chiva, están convencidos de que el riesgo psicológico «es una excusa para abortar y el certificado psiquiátrico está firmado por médicos que están a sueldo en las clinicas abortistas». Por eso no descarta que la reducción de interrupciones de embarazo pueda ser de hasta 100.000 con la «ley Gallardón».
Sonsoles Alonso, ginecóloga y presidenta de la Fundación Línea de Atención a la Mujer, opina que «lo que se plantea ahora es volver a que el aborto sea un delito y algo excepcional porque, por mi experiencia, no hay situaciones límite que pueda justificiar un aborto».
Los grupos provida echan cuentas y creen que, si desaparece el aborto libre hasta la semana 14 de gestación, como parece apuntar el ministro, si hay que acreditar fehacientemente el riesgo para la madre, y si se suprime el supuesto por discapacidad porque «no hay una vida menos valiosa que otra», finalmente el aborto podría reducirse de manera sensible.
«Si se acredita por dos facultativos ajenos a las clínicas abortistas la existencia de un riesgo físico o psíquico para la madre, podremos reducir el número de abortos entre un 80 y un 90%», aseguró a LA RAZÓN Antonio Torres, presidente de Red Madre.
Una opinión similar comparte el presidente del Foro Español de la Familia, Benigno Blanco, que considera que, aunque es casi imposible saber con exactitud cuántos abortos se evitarían al año con la nueva ley de Gallardón, la eliminación del aborto eugenésico (por malformaciones del feto) y una mayor exigencia a la hora de acreditar la existencia de riesgo para la madre nos podría conducir a una situación parecida a la de Polonia donde ya está implantado un sistema parecido al que pretende regular por ley el ministro de Justicia.
Según Benigno Blanco, «en Polonia es necesario que acrediten el riesgo físico y psíquico para la madre dos facultativos médicos independientes del sistema público de salud, que deberán presentar un informe motivado». Según Blanco, desde el año 1997, en que se incluyó esta modificación, se han llegado a reducir hasta un 95,5 por ciento el número total
Así, Polonia ha pasado de tener 137.9590 abortos en 1980, a tener una media de 300 cada año desde que se implementó esta medida. De ahí que, tomando como referencia el ejemplo polaco, el Foro Español de la Familia esté convencido de que se va a producir una reacción similar a la que sucedió en Polonia, donde las interrupciones de embarazo cayeron en picado, hasta bajar un 99,5% con la nueva normativa. El Instituto de Política Familiar (IPF), sin embargo, no tiene tan claro que se vaya a acabar con los abortos. «El riesgo psicológico es incuantificable, es como cuando vas al médico a solicitar una baja. ¿Quién puede decir que una persona está mintiendo para conseguir la baja?», dice el presidente del IPF, Eduardo Hertfelder.
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