Cataluña
Ada Colau deja de ser portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca
La activista Ada Colau, la cara visible de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), ha anunciado hoy que deja de ser portavoz de la plataforma, después de cinco años.
En una carta enviada a las asambleas de la PAH de toda España, Colau anuncia que "necesito salir de los espacios de coordinación y dejar de ser la portavoz estatal", aunque asegura que en ningún caso dejará la PAH y seguirá como una activista más de la asamblea de Barcelona.
Ada Colau, que recuerda los malos momentos que ha pasado tras ser amenazada, insultada y vilipendiada públicamente, asegura que "no voy a fichar por ningún partido político", aunque reconoce que varios de ellos se lo han propuesto, y que seguirá trabajando "como ciudadana"en "procesos amplios que planteen un cambio real en las formas de hacer política".
La hasta ahora portavoz de la PAH ha decidido hacer pública su renuncia a la portavocía antes de que este movimiento anuncie el próximo viernes día 9 una nueva campaña de acciones de escrache con motivo de las elecciones europeas.
"No voy a dejar la PAH, pero quiero hacer las cosas bien. Siento que ha llegado el momento de tomar algo de distancia, tanto por mí, como por el propio movimiento. Y creo que ahora es un buen momento para dar el paso porque estamos a punto de tener visibilidad, con la campaña de escraches que se prepara -al menos en Cataluña- para las europeas", ha escrito Colau en su carta de despedida.
Colau, que espera que se visibilicen otras portavoces, deja la PAH como un movimiento consolidado en toda España, con más de 200 asambleas implantadas, que ha logrado paralizar más de un millar de desahucios y poner en la agenda política el problema de la vivienda y las cláusulas abusivas de las hipotecas.
Azote de las entidades bancarias y del sistema financiero, Colau asegura en su despedida que "han sido 5 años intensos y maravillosos, y personal y políticamente estoy orgullosa y agradecida, por la experiencia de transformación social e incidencia política más potente en la que haya participado jamás".
Tras asegurar que nunca ha vivido esta experiencia como un "sacrificio", la activista reconoce que se ha convertido en un personaje mediático.
"Jamás imaginé -recuerda-, cuando acudí aquel 5 de febrero a la comisión de economía del Congreso, que tendría que escuchar a aquel bárbaro de la Asociación Española de la Banca (AEB) decir lo que dijo, ni que yo reaccionaría de forma sensata llamándole por su nombre -criminal-, y aún menos imaginé que todo aquello acabaría en 'trending topic' y en los medios".
"Sin embargo sucedió, y gestionar eso no ha sido fácil: sin duda lo hemos aprovechado para el movimiento como hemos podido, asumiendo contradicciones por el exceso de personalismo, intentando siempre resaltar la dimensión colectiva. Creo que todas y todos debemos felicitarnos por cómo lo hemos llevado", añade Colau.
A nivel personal, la ya ex portavoz de la PAH reconoce que ha pasado "momentos duros y difíciles", como cuando "el Gobierno me identificó como la "líder filoterrorista"y acto seguido empecé a recibir amenazas de todo tipo"y difamaciones de toda su familia.
"No se trata de hacerse la víctima, pero la verdad es que algunas semanas fueron complicadas, y más de una noche -tampoco hay que esconder la propia vulnerabilidad - con Adrià nos pegamos unos cuantos lloros", confiesa la líder de la plataforma, que reconoce que ha soportado todo ello por las numerosas muestras de apoyo y solidaridad recibidas.
Colau explica que ahora necesita "sentir que puedo hacer otras cosas y opinar sin ser las 24 horas la cara de la PAH. En muchas ocasiones me he tenido que morder la lengua y no dar mis opiniones sobre distintos temas, para que éstas no fueran atribuidas a la PAH. Y por supuesto, en clave de práctica democrática del movimiento, lo lógico es que se produzca rotación en los roles, incluido el de portavocía".
Tras reiterar que no fichará por ningún partido político, aunque se lo han propuesto y alguna vez se lo había planteado, Colau no descarta implicarse en "procesos amplios que planteen un cambio real en las formas de hacer política".
"Ojalá seamos capaces de crear nuevos dispositivos que nos permitan reapropiarnos de las instituciones para hacer que de verdad sirvan al bien común, porque nos va la vida y la de nuestras hijas e hijos en ello. Estamos viviendo un cambio de época, un momento histórico de crisis de régimen; quienes ocupan el poder lo saben y nos han declarado definitivamente la guerra", concluye la activista.
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