Aguirre llama al PP a tener un «relato ilusionante»

La portavoz popular en la capital presenta su libro «Yo no me callo».

Esperanza Aguirre presentó ayer su primer libro, que lleva por título «Yo no me callo» (Espasa), aunque su autora pensó, en un principio, que debería llamarse «La refundación del centro derecha en España». Porque de eso tratan buena parte de sus más de 300 páginas. De la «evidente» crisis en la que, a su juicio, está sumido el Partido Popular –como prueba citó la pérdida de más del 30% de los votos en las generales, del 18% en las autonómicas y del 14% en las municipales, en las que ella fue cabeza de cartel– y de qué debe hacer para superar este «difícil» momento.

«No lo publico para fastidiar a nadie», aclaró. «Ni para que nadie se preocupe». Aguirre sí subrayó en varias ocasiones durante la presentación que el libro está cargado de autocrítica. Al cuestionarse por los fallos que hay detrás de la pérdida de votos, Aguirre señaló que –al margen de la corrupción y de la aplicación de medidas drásticas contra la crisis– también hay que tener en cuenta cuestiones como el agotamiento del modelo de partido de 1990, la «poco transparente y nada pedagógica» política de comunicación o la irrupción de formaciones como Podemos y Ciudadanos. En este contexto, Aguirre lamenta la «indefinición ideológica» del partido, así como la «falta de un relato que ilusione» a los votantes y que vaya más allá de la economía.

Durante el esbozo que realizó del libro destacó que haya dedicado hasta cuatro capítulo a la corrupción, entre ellos, uno titulado con su ya célebre «Yo destapé el caso Gürtel» y otros dedicados a los escándalos ligados a Bankia y la Púnica.

Sobre el futuro interno del PP, Aguirre volvió a defender la celebración de un congreso abierto, en el que «cada militante tenga un voto». «Ya ha pasado el tiempo de que acudan sólo los compromisarios que han sido elegidos. Estoy a favor de las primarias, y estoy segura de que las va a haber, más tarde o más temprano», señaló.

En el libro también hay espacio para otros protagonistas de la política reciente como Alberto Ruiz Gallardón («Algunos creen que nos odiamos, pero no es verdad, nos queremos, lo que ocurre es que estamos en las antípodas ideológicas»); Manuela Carmena (a la que reprocha que «no tenga reparo en criticar a los jueces (...) por entorpecer con sus sentencias las políticas que ella y los suyos quieren llevar a cabo»); o José Luis Rodríguez Zapatero («Cuando llegó a La Moncloa, se obsesionó con la idea de alcanzar un acuerdo con ETA»).