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Bustos deja la alcaldía de Sabadell pero se aferra a su acta de concejal

El dirigente socialista también conservará su asiento en la Diputación de Barcelona

El alcalde de Sabadell (Barcelona), Manuel Bustos (c), acompañado por otros integrantes de su equipo de gobierno, durante la rueda de prensa que ha ofrecido esta mañana tras ser imputado en la causa sobre una supuesta trama de corrupción vinculada a recalificaciones urbanísticas.
El alcalde de Sabadell (Barcelona), Manuel Bustos (c), acompañado por otros integrantes de su equipo de gobierno, durante la rueda de prensa que ha ofrecido esta mañana tras ser imputado en la causa sobre una supuesta trama de corrupción vinculada a recalificaciones urbanísticas.larazon

El alcalde de Sabadell, Manuel Bustos, ha anunciado, tal y como anuncia hoy la edición de Cataluña de LA RAZÓN, que dimite como primer edil de la localidad. Su dimisión se produce tras las investigaciones policiales del "caso Mercurio".

La carrera política de Manuel Bustos en primera línea se ha acabado. Tal y como avanzó este periódico en su edición de ayer, Bustos abandona la alcaldía de Sabadell y no volverá a ser cabeza de lista en su municipio. Así lo confirmó el propio dirigente socialista en una rueda de prensa convocada por la mañana en su ayuntamiento. Imputado por nueve causas relacionadas con el caso Mercurio, consistente en una presunta trama de comisiones por las concesiones de obras y servicios desde el Ayuntamiento de Sabadell.

Bustos no ha tenido más remedio que tirar la toalla apenas una semana después de haber regresado a sus funciones como alcalde. Acechado por la oposición y en riesgo de ser despojado de su condición de alcalde mediante una moción de censura, Bustos, que ha sido primer edil de Sabadell desde 1999, no ha tenido más remedio que dar un paso atrás definitivo, el cual se había resistido a dar a principios de diciembre, cuando se retiró «temporalmente» del cargo tras estallar el caso Mercurio.

Sin otra salida

El socialista deja la alcaldía, pero no su acta de concejal y tampoco su asiento en la Diputación de Barcelona. La dirección del PSC defendió su continuidad en estos cargos porque está convencida de su «inocencia». Así lo explicó el secretario de organización de los socialistas catalanes, Antonio Balmón, poco después de que Bustos anunciara su dimisión. Los socialistas no han querido dejar a Bustos en la cuneta y, por eso, apoyan que continúe en el Ayuntamiento de Sabadell y en la Diputación de Barcelona, pero han forzado a su compañero a dejar la ejecutiva del partido, donde era secretario de Política Municipal, y también a renunciar a la presidencia de la Federación de Municipios de Cataluña.

Lo cierto es que Bustos no tenía otra salida que dimitir, puesto que no tiene mayoría absoluta en Sabadell, ya que gobernaba con 13 de los 27 concejales del Consistorio. Los grupos de la oposición (CiU, PP, Entesa per Sabadell e ICV) ya unieron sus fuerzas para reprobar a Bustos y amenazaban con una moción de censura.

El problema de fondo es que el gobierno de la ciudad estaba bloqueado y el alcalde no ha tenido otra opción que marcharse, sobre todo a la vista de que el secreto de sumario se ha alargado un mes más. Aunque está acusado de los delitos de tráfico de influencias, malversación de fondos, delito contra la Administración pública y omisión del deber de perseguir delitos, el imputado considera que ya ha dado suficientes pruebas para desmentir su culpabilidad. «He tomado esta decisión una vez que ha quedado claro que ni mis compañeros ni yo tenemos nada que ver en ninguna trama de corrupción urbanística ni de cobro de comisiones», dijo el alcalde en su adiós. Y sentenció: «Que quede bien claro: dejo la alcaldía siendo inocente».

Ahora bien, aunque Bustos desaparece de la primera línea de la política, nadie puede descartar su regreso. Dice el dirigente socialista que su paso atrás no es otra cosa que «un punto y seguido» en su vida política. Insiste en que no está imputado por «corrupción urbanística», sino por asuntos colaterales, pero se marcha, argumenta, porque «el tiempo de la política no es el mismo que el de la Justicia».