CDC no quiere pleno de investidura

Artur Mas se acordó ayer de un número, el 4.487. Son los votos que a última hora –cuando el escrutinio estaba sobre el 80 por ciento– le quitó un diputado a la candidatura de Junts pel Sí el pasado 27-S para dárselo a Catalunya Sí que es Pot, la marca catalana de Podemos. Ese diputado, un solo diputado, es el que dejó el futuro de Artur Mas en manos de la CUP. Con 63 diputados, otro gallo podría haber cantado, pues Junts pel Sí sumaría más que los partidos no soberanistas y no habría necesitado dos escaños de los anticapitalistas para investir al número cuatro de su lista: Artur Mas. Casi después de tres meses de negociaciones, el plazo máximo que la Ley permite para cerrar una investidura, Junts pel Sí y la CUP no han llegado a un acuerdo para transferir estos dos votos. Apenas quedan seis días para que automáticamente se convoquen elecciones. La CUP emplazó ayer a Junts pel Sí por enésima vez a mover ficha y proponer un candidato alternativo a la presidencia a Mas. Y por enésima vez, CDC, uno de los partidos de Junts pel Sí –el otro es ERC, que ha estado muy callada en todo este proceso de negociación–, confirmó que «no hay candidato alternativo a Mas».

La convocatoria de nuevas elecciones parece irreversible si los republicanos, que hoy han convocado a su ejecutiva nacional para analizar la situación, no fuerzan a sus socios a renunciar a Mas para evitar las que serían las cuartas elecciones catalanas en apenas cinco años. Este escenario amenaza con recrudecer las tensiones que ya mantienen ERC y CDC. En su cuenta de Twitter, Oriol Junqueras, que junto a la marca catalana de Podemos serían los candidatos que tienen el panorama más favorable en unas eventuales elecciones, se limitó a defender el proceso soberanista. «Jamás nos cansaremos, jamás nos rendiremos. No lo hemos hecho nunca y jamás lo haremos. ¡Seguimos!», dijo, consciente de que tras los resultados del 20-D, donde Iglesias arrasó en Cataluña, la propuesta de referéndum gana peso a la hoja de ruta de Junts pel Sí.

Aunque CDC avanzó que es partidaria de no celebrar el pleno de investidura, la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, ha convocado la Mesa a las 10 de la mañana. En esa reunión se puede plantear la convocatoria de un nuevo pleno de investidura, pero esta opción no parece tener muchos números. Sin embargo, algunas voces de Junts pel Sí plantean que la CUP se retrate en el Parlament. Si este pleno fuera convocado se realizaría mañana mismo por la tarde. La votación se realizaría mañana martes y el candidato Mas necesitaría la mayoría absoluta. Como no la conseguiría el jueves se realizaría una nueva sesión en la que le bastaría la mayoría simple. Después de la decisión de la CUP está mayoría no está garantizada, porque los 10 diputados se abstendrían.

La CUP ha exigido para variar su voto un cambio de candidato a Junts pel Sí, pero la coalición independentista ha rechazado esta exigencia redoblando su apoyo a Mas. La propia presidenta del Parlament, Carme Forcadell, ha cargado contra la CUP en las redes sociales . También lo ha hecho el presidente de la Asamblea Nacional Catalana, Jordi Sánchez, abriendo una guerra civil en el independentismo. La CUP por su parte se encuentra en una situación más que delicada por la división interna.

Con este panorama se hace difícil prever que la Mesa del Parlament convoque un pleno de investidura en su reunión de hoy. También debe decidir Forcadell si convoca un pleno para afrontar el problema de la pobreza solicitado por Catalunya sí es Pot, la CUP y el PSC. La fecha límite para la investidura es el día 10. Si en esta fecha no se ha investido ningún presidente se convocarán elecciones. La fecha más barajada es el día 6 de marzo. La falta de un relato consistente y la apuesta por una independencia rupturista ha reforzado la opción del referéndum que avalaba un 80% de catalanes, según el CIS catalán.