María Dolores de Cospedal
Cospedal filtrará las enmiendas sobre la acumulación de cargos
Falta una semana para que termine el plazo para rectificar ponencias
Falta una semana para que termine el plazo para rectificar ponencias
El próximo día 15 termina el plazo de presentación de enmiendas a las ponencias que Génova elevará al Congreso Nacional que ha convocado para febrero. En estos momentos en la dirección nacional sólo dan por seguro que llegarán «vivas» las que afectan a las incompatibilidades de cargo, pero también hay debate sobre la limitación de mandatos y la manera de regular la demanda de «un militante, un voto». Aunque se está alimentando la idea de que el PP de Madrid y de Valencia van a erigirse supuestamente en los grandes adalides de la regeneración democrática interna, tomando la bandera de las primarias, de la limitación de mandatos o de las incompatibilidades de cargos, la realidad es que estas organizaciones territoriales están divididas sobre la posición ante estos debates.
Por ello, dentro de la dirección nacional hay quienes entienden que si hay enmiendas en estas materias, lo mejor es dejar que lleguen «vivas» al cónclave, desde la convicción de que la posición oficial será bendecida mayoritariamente por los compromisarios. La alternativa es abrir una negociación previa para llegar al Congreso con una salida más o menos pactada, como ha ocurrido en otras ocasiones. Pero Génova está convencida de que su postura se impondrá, con más dudas en lo que afecta a cómo se resolverá el malestar interno con la acumulación interna de responsabilidades. La principal señalada por esta discusión es, lógicamente, la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal, también ministra de Defensa, presidenta del PP manchego y diputada. Precisamente será ella la que tenga la última decisión sobre las enmiendas que lleguen a Génova sobre la incompatibilidad de cargos, y que le afectan directamente. Aunque siempre, de haber conflicto, en último caso la decisión es del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. En la teoría el filtro de las enmiendas al documento político y de Estatutos corresponde a sus ponentes, pero al ser un tema tan sensible en Génova señalan a Cospedal. «Cualquiera se mete», precisan.
La discusión sobre la incompatibilidad de cargos viene de atrás. Pero los nuevos Estatutos no modifican la situación actual en la que, de acuerdo con la literalidad de esas normas que regulan el funcionamiento interno, Cospedal ya no podría ejercer todas las responsabilidades orgánicas que desempeña, además de la titularidad de la cartera de Defensa. Tampoco es nuevo el debate de la limitación de mandatos o el de ampliar la participación de los afiliados en las decisiones internas. Han formado parte de la agenda de otras convenciones y conferencias políticas. La limitación de mandatos se ha quedado fuera de los nuevos Estatutos, pese a que formase parte del acuerdo que el PP firmó con Ciudadanos para lograr la investidura de Rajoy. La explicación oficial es que aunque su intención es cumplir lo firmado con los de Albert Rivera, tanto los Estatutos como su programa son competencia exclusiva suya, y no pueden estar regidos ni condicionados por las decisiones en el ámbito de la colaboración con otras formaciones.
Salvo sorpresa mayúscula, porque es un escenario que no barajan, aunque haya debate en el Congreso la previsión es que de ahí no saldrán cambios sustanciales ni en materia de limitación de mandatos ni tampoco en la regulación de la democracia interna, después de que Génova haya intentado aliviar la demanda de la militancia de una mayor participación con el sistema de la doble vuelta, en el que los compromisarios siguen teniendo en todo caso la última palabra. Mucho más abierto está el debate sobre las incompatibilidades. La presión de Cospedal para mantener la Secretaría General ha obligado a que se imponga el discurso protocolario de que al margen de la presidencia regional, ese cargo no es incompatible en teoría con el Ministerio de Defensa y que la última palabra la tiene Rajoy.
Pero más allá de las dificultades de conjugar en la práctica dos cargos que exigen una dedicación absoluta, el problema de fondo es otro. Rajoy puede sentirse obligado hacia Cospedal por la información que maneja de la administración de los casos de corrupción que han afectado al partido, entre ellos el «caso Bárcenas» y el «caso Gürtel», pero Rajoy también sabe que como secretaria general Cospedal no tiene un expediente con buena nota. Hasta el punto de que después de las últimas autonómicas y municipales, y la pérdida de poder, ya se barajó su sustitución y Rajoy asumió una responsabilidad más directa en la gestión del día a día del partido, derivándola también hacia el nuevo vicesecretario de Organización, Fernando Martínez-Maillo. No obstante, desde su nombramiento como ministra de Defensa, Cospedal no ha dejado de utilizar los instrumentos a su alcance, en público y en privado, para avanzar en su decisión de intentar retener la Secretaria General, para asombro de muchos de sus propios compañeros de fila.
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