Relevo en el PP
Cospedal: «Hay que recuperar los ideales que aparcamos durante el Gobierno»
Así lo afirma la secretaria general del PP y candidata a presidir el partido para sustituir a Mariano Rajoy
Así lo afirma la secretaria general del PP y candidata a presidir el partido para sustituir a Mariano Rajoy.
La entrevista se cuadra prácticamente a la hora de comer, el rato que saca de una agenda de campaña tan intensa como la que cogió el hábito de seguir durante su etapa como candidata y líder en Castilla-La Mancha. A metros de la sede de Génova, para mantener la neutralidad que exige la carrera sucesoria del PP incluso para las cuestiones estéticas, por lo de no aparecer en el despacho que hasta hace días ocupaba como secretaria general. Su obsesión es abanderar la idea de la unidad y la de que representa un proyecto renovador aunque haya estado durante todos estos años al lado de Mariano Rajoy. «Tenemos experiencia y entendemos lo que es renovarse cada día», apunta.
¿En qué se diferencia su candidatura de las de Sáenz de Santamaría y Casado?
Mi candidatura es muy plural, ofrece experiencia y una trayectoria profesional que garantiza que el PP sea el partido que necesita España en un momento político muy difícil. Necesitamos un partido con personas con experiencia, que sean capaces de recuperar los valores del centro derecha y que entiendan que hay que renovarse cada día.
¿Usted se siente heredera de los gobiernos de Rajoy? ¿Su proyecto será continuista con respecto a su legado?
El legado de Rajoy es de todos los que estamos en el partido. Siempre que hemos gobernado, a España le ha ido muy bien y no podemos tirar por la borda ese capital. El PP ha ayudado a los españoles a salir de la crisis económica, ha favorecido que se creen millones de empleos en momentos muy difíciles, hemos actuado para frenar al independentismo y evitamos la intervención de España por la Unión Europea. Todos somos depositarios de ese legado y tenemos la obligación de engrandecerlo. Pero esa herencia también tiene algo muy importante que hemos aparcado en estos años de gobierno, que es la defensa de nuestros ideales y de nuestra identidad como la columna vertebral del centro-derecha.
¿Qué ideales han dejado aparcados?
Tenemos que recuperar el orgullo de ser del PP. Por los casos de corrupción, el PP se ha visto insultado, vejado y difamado en su conjunto y eso nos ha hecho mucho daño en todos los sentidos. También tenemos que recuperar la defensa a ultranza de aquello en lo que hemos creído siempre como la libertad, el afán de superación, la iniciativa individual, la solidaridad interterritorial, la igualdad de todos los españoles, el patriotismo y la defensa de la unidad de España por encima de cualquier interés. Tenemos que volver a ser un partido reconocible, independiente e inimitable y no ser copia de otros partidos. Es más fácil decirlo que hacerlo, lo sé, pero tenemos que ir en esa dirección. Hay que volver a enamorar a los votantes y llegarles al corazón.
Usted ha estado al frente del Partido Popular, y ha formado parte del Gobierno de Rajoy, ¿de quién es la culpa de que hayan perdido esas referencias?
Hemos estado seis años y medio gestionando desde el Gobierno situaciones muy complicadas. Durante la crisis económica más dura que ha tenido España en muchas décadas se tuvieron que adoptar decisiones que no eran las que les hubieran gustado a los militantes del PP, pero fueron necesarias para sacar a España de la quiebra. Luego volvimos a llegar al Gobierno con una mayoría minoritaria y hemos tenido que pactar con otros grupos para garantizar la estabilidad, dejando al margen cuestiones en las que creíamos firmemente porque preferimos anteponer esa estabilidad a nuestro propio interés. Ahora que no estamos en el Gobierno, aunque será por poco tiempo, tenemos que recuperar nuestra identificación con los valores que siempre han sido nuestros.
En frío, ¿cree que podrían haber hecho algo más para frenar la moción de censura?
La moción se presentó por causas ajenas al PP.
El desencadenante fue la sentencia del «caso Gürtel», que no es ajeno a ustedes.
Eso dijeron ellos.
¿No se lo cree? ¿Y entonces qué fue?
La sentencia fue sólo la excusa. Esa sentencia afecta a un tema muy concreto que habla de la responsabilidad civil indirecta del PP, no era ni una sentencia firme. Eso no es razón para echar a un Gobierno legítimo y ganador de las elecciones. Desde que Pedro Sánchez volvió a la Secretaria General tenía la intención de buscar la oportunidad para asaltar La Moncloa y la encontró gracias al apoyo de los independentistas y de Bildu.
¿Le pesa haber dado la cara por el PP con la corrupción?
No. Alguien tenía que hacerlo y mi partido está lleno de gente honrada que se merece que se dé la cara por ellos. Eso ha perjudicado mi imagen, y la cara me la han partido varias veces. Pero alguien tiene que dar la cara por la mayoría de los militantes y la mayoría de los cargos públicos que trabajan y se esfuerzan mucho por sus vecinos.
¿Dicen desde otras candidaturas que ese desgaste le debilita electoralmente?
Hay desgastes que tienen un sentido en la vida. Yo creo que hay que hacer aquello que te dicta el sentido de la responsabilidad y del deber. Además, en tiempos difíciles no está de más ser una persona capaz de defender al PP justo en los momentos más complicados, y eso es lo que yo he hecho. Cada cosa tiene su cara A y su cara B.
La corrupción ha sido el gran lastre de su partido
Todos los casos se produjeron antes de que llegara la actual dirección del PP, pero claro que nos han hecho mucho daño en nuestra imagen y credibilidad.
¿Usted cambiaría la política de su partido contra la corrupción si llega a la Presidencia?
Hemos activado ya muchos controles. Y le repito que todos los casos son del pasado y algunos llevan hasta diez años de instrucción. Pero además de dar la cara también he demostrado que me he enfrentado a los corruptos, aunque sabía que me perjudicaba verme envuelta en controversias y disputas con los que se han corrompido.
¿Se refiere a Bárcenas?
Por ejemplo. Yo le he presentado dos demandas, y hasta tres más ha presentado el PP bajo mi dirección. Yo garantizo a nuestros militantes que a mí no me va a temblar la mano para ser contundente y firme contra los corruptos si los volviera a haber. Quien quiera enriquecerse no tiene cabida en el PP y lo que le espera será el descrédito social, los tribunales y la expulsión del partido. Ya lo he demostrado y lo voy a hacer con quien sea, caiga quien caiga y se llame como se llame.
Hablan mucho de lista de unidad. ¿Con quién cree que puede ser más fácil, con Sáenz de Santamaría o con Casado?
No creo que sea una dificultad con nadie porque en las dos candidaturas hay personas muy válidas y no veo problema en contar con ellas. Las candidaturas no son bloques cerrados.
¿Quiere decir que se uniría a Sáenz de Santamaría para facilitar el consenso pese a la tirantez de sus relaciones?
Desde el momento en que presenté mi candidatura dije que lo más importante era que saliéramos más fuertes y unidos, y mi objetivo principal es servir de argamasa para que podamos trabajar todos juntos. Mi voluntad de integrar está demostrada desde el primer día. Yo creo que voy a ganar, pero si no es el caso me pondré a disposición de quien salga elegido.
¿Hay riesgo de ruptura si no se consigue esa lista de integración? Casado ha endurecido mucho el tono y en el PP hay preocupación por el clima de la campaña.
No hay ningún riesgo de ruptura. El PP tiene una vocación muy fuerte de unidad y creo que todos vamos a estar a la altura de las circunstancias.
Por detallar, cuando habla de integración, ¿quiere decir que le ofrecería la Secretaría General a quien quede en segundo lugar?
No estoy ofreciendo cargos. Éste no debe ser un proyecto de repartirse cargos. Quien esté en cada sitio es lo menos importante, lo importante es que estemos todos. Lo importante es que el PP sirva de instrumento para «cambiar las circunstancias sociales circundantes en la sociedad española», como decía Ortega y Gasset.
¿Usted habría acogido al barco Aquarius?
Sí, por solidaridad y humanidad. Pero dejando muy claro que la política de inmigración no puede sostenerse en gestos porque los gestos tienen consecuencias cuando se está en el Gobierno. La política de inmigración exige acción común en Europa y cumplir con el principio de control de fronteras.
¿Se identifica con la demanda social para que se regule la eutanasia?
No. En España tenemos regulado el derecho a la muerte digna y a decidir cómo deben ser los últimos días de la vida. Cualquier ciudadano tiene derecho a cuidados paliativos y a que le eviten sufrimiento. Y si hay que mejorarlo, se mejora. Pero no apoyo la eutanasia.
¿Les ha faltado sensibilidad social?
No. Somos los responsables de que se hayan aprobado unos Presupuestos con una subida de pensiones con el IPC para todos los pensionistas. Eso es sensibilidad social.
La opinión pública piensa que lo han hecho a la fuerza.
Lo sé. Pero el fallo no es por no tener sensibilidad sino por no saber transmitir que el Gobierno del PP es un partido con corazón que se ocupa de las personas y cree en las personas y en la solidaridad intergeneracional. Hay que conseguir cambiar eso.
¿Apoya el acercamiento de presos de ETA que plantea el Gobierno?
No. Es una decisión que responde a la obligación de Sánchez de cumplir con sus compromisos con los que le apoyaron en la moción de censura pese a no haber ganado nunca unas elecciones. Además, no respaldo en sí misma la medida.
¿Por qué, una vez que ETA no existe?
La ley defiende un tratamiento individualizado de los presos etarras, no que se beneficien del hecho de que se les utilice como pago.
¿Cambiaría algo en la gestión que hicieron del desafío independentista?
No hemos sabido comunicar a los catalanes y a los españoles que hemos sido el partido que ha defendido la unidad de España. Y así se vio en el resultado de las elecciones autonómicas. También deberíamos haber sido más contundentes en el Senado con la televisión autonómica, por ejemplo.
¿Y el referéndum ilegal?
Muchos esperábamos que iba a ser imposible que se celebrase.
¿Y por qué se celebró?
-- Ya le he dicho que pensábamos que no iba a celebrarse.
Si pierde el Congreso, ¿se plantea dejar la política?
Me lo planteé cuando Mariano Rajoy anunció que no se iba a presentar. Todos paramos algún momento en la vida para ver qué queremos hacer, y yo ya dejé la política para volver a mi actividad profesional y no me supuso ningún problema. Pero después de esa primera reflexión, ahora mismo no es algo que me plantee porque estoy dedicada de lleno a convencer a mi partido de que crea en la candidatura con la que me presento al Congreso Nacional. Sobre lo que pasará en el futuro, ya veremos.
¿Se habría presentado si Feijóo hubiera dado el paso adelante?
Si hubiera pensado que con la candidatura de Alberto Núñez Feijóo estaba asegurada la unidad del partido, con independencia de mis aspiraciones, me habría unido a ella y no me habría presentado. Desde el principio de este proceso dije que había que pensar en qué era lo mejor para el Partido Popular, y siempre he actuado conforme a esta idea.
¿Usted aceptaría debates a dos después de la votación de los militantes?
Sí.
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