Barcelona
Del 12-O al 10-N: de Franco al "procés"
España celebra su Fiesta Nacional sometida a un test de estrés institucional sin precedentes y en vísperas de una repetición de elecciones sin pactos post electorales claros.
España celebra su Fiesta Nacional sometida a un test de estrés institucional sin precedentes y en vísperas de una repetición de elecciones sin pactos post electorales claros.
El 12 de octubre es el epicentro del calendario político de la nación: ninguna otra cita reúne en la capital a mayor número de autoridades del Estado. El Rey, el presidente (en funciones) y el Gobierno al completo, los presidentes del Congreso y del Senado, los presidentes autonómicos (con los ausentes habituales), los Jefes de Estado Mayor del Ejército y la Armada, los líderes de todos los partidos políticos (también con los ausentes habituales), vocales del CGPJ, magistrados del Supremo y de la Audiencia, la plana mayor del cuerpo diplomático acreditado en España, rectores universitarios, el mundo de la alta empresa, directores de periódicos y medios de comunicación... todos ellos reunidos durante apenas dos horas entre las pilastras toscanas y las ramas de laurel en estuco del Comedor de Gala del Palacio Real.
Sin embargo, pocos años la Fiesta Nacional ha venido envuelta en una tormenta política tan perfecta como la que vive el país en estos momentos. Tres frentes independientes entre sí han confluido en esta ocasión para elevar la temperatura ambiente en los tradicionales corrillos que se producen entre las altas personalidades del Estado con motivo de la recepción en el Palacio Real.
El primero de ellos en importancia es sin duda la inminente sentencia del Tribunal Supremo en el juicio del procés, el penúltimo capítulo de la crisis soberanista en Cataluña considerada por buena parte de la España constitucionalista como el mayor reto al que se ha tenido que enfrentar el Estado desde la Transición. Los líderes políticos tendrán oportunidad de acercar posturas o hacer más patentes sus diferencias a la hora de encontrar la solución a un problema que volverá a someter a un duro test de estrés al entramado institucional del país en los próximos días. Otra sentencia del Supremo, la decisión de exhumar los restos del general Franco, tampoco contribuirá a calmar los ánimos, especialmente entre los representantes del poder político –tanto legislativo como ejecutivo- y el ejecutivo– con los representantes de un poder judicial cada vez más acusado desde diversas instancias de falta de independencia y de politización. En cualquier caso en este punto conflictivo de la agenda política hay un aparente consenso entre los principales líderes ya que, es preciso recordarlo, la votación de esta polémica decisión no registró ningún voto en contra en el Congreso de los Diputados. La incorporación este año al desfile militar y a la recepción en el Palacio Real del candidato de Vox a la presidencia del Gobierno, Santiago Abascal, tampoco estará marcada por la polémica que acompañó en años anteriores la presencia de miembros de Podemos en los actos de la Fiesta Nacional aunque a buen seguro será vitoreado por los asistentes madrileños al tradicional desfile militar. Por parte de Podemos acudirá este año, como en anteriores citas, la vicesecretaria del Congreso Gloria Elizo.
Pero sin duda será la cada vez más cercana cita con las urnas la que más tiempo suspenderá la atención de los presentes hoy en la recepción real, aunque solo sea porque el futuro de algunos de los presentes estará marcado por el resultado que arrojen las urnas. Sánchez, Casado y Rivera (Iglesias no asistirá como es habitual y Abascal salvo sorpresa de última hora tendrá un papel limitado en lo que a política de pactos se refiere) están llamados a desbloquear la situación política tras las elecciones generales y no sería la primera vez que un contacto informal en una cita de este tipo ha supuesto el primer paso en una cadena causal que ha desembocado en pactos de investidura... o de moción de censura.
Semana clave para la Corona
Además, en lo que respecta a la Jefatura del Estado, la cita de mañana tiene una connotación más: el acto de este sábado supondrá el pistoletazo de salida a un semana clave para la corona ya que para el jueves está prevista la llegada de los Reyes, la Princesa de Asturias y la Infanta Doña Sofía a Oviedo para una entrega de premios que este año será histórica. En efecto está previsto que la heredera pronuncie su primer discurso público con todo lo que ello supone para proyectar una imagen de permanencia y continuidad de futuro en un país que vive un periodo, como se apuntaba anteriormente, de máxima tensión institucional. Esto sucederá el próximo viernes, jornada en la que se repetirá décadas después la célebre imagen de un Felipe de Borbón de 13 años en 1981 dirigiéndose por primera vez a su audiencia en el Teatro Campoamor. Aunque había sido ya publicado ampliamente lo cierto es que la confirmación de la cita histórica no llegó hasta la mañana de ayer, cuando Zarzuela publicó la agenda de la Familia Real y en el apartado del viernes apareció por primera vez: «Palabras de la Princesa de Asturias». Doña Leonor no cumplirá los 14 años hasta el 31 de octubre por lo que este hito en su vida se producirá con las misma edad que tenía su padre hace ya 38 años.
Y a la semana siguiente seguirán las citas de alto contenido institucional para los Reyes. Don Felipe y Doña Letizia asistirán el martes 22 a la ceremonia de entronización del nuevo emperador de Japón Naruhito donde acudirán más de 100 jefes de Estado y de Gobierno de todo el mundo. Al día siguiente dará comienzo la visita de Estado a Corea del Sur, que durará hasta el jueves 24. Y ya en la recta final de la campaña electoral, los días 4 y 5 de noviembre, Doña Leonor asistirá a la entrega de los premios de la Fundación Princesa de Girona, que se celebrará en Barcelona después de que el ayuntamiento de Gerona boicoteara la presencia de los reyes en esa ciudad.
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