Videos

Diez horas encaramados a la valla de Melilla

Los dos últimos inmigrantes de origen subsahariano que permanecían en lo alto de la valla de Melilla han descendido después de pasar más de 10 horas encaramados a una altura de seis metros, según han informado fuentes policiales. El resto de los casi 30 inmigrantes que se habían subido a las 9.00 horas al vallado, tras protagonizar junto a otros 150 subsaharianos un intento de entrada masivo a Melilla, se han ido bajando a lo largo de la tarde.

La mayor parte del grupo decidía bajarse en torno a las 15.00 horas y volver a Marruecos, aunque antes ya lo había hecho uno de ellos voluntariamente, y otro había sido rescatado tras sufrir una lipotimia, por la que fue trasladado al Hospital Comarcal.

Visiblemente cansados, con los músculos entumecidos, los subsaharianos ponían fin a una aventura de muchas horas, que comenzaron con fuerza, coreando gritos de "Libertad, libertad"y "España, España".

El intento de entrada se ha producido por la zona norte del perímetro, junto a los Pinares de Rostrogordo y los cortados de Aguadú.

La Guardia Civil ha mantenido durante todo este tiempo un amplio dispositivo en la zona por la que a primera horas de la mañana de este jueves se ha producido el intento de avalancha frustrado, en los Pinares de Rostrogordo, ya que ninguno de ellos ha logrado pasar. Solo en un caso, un inmigrante que sufrió una lipotimia cuando se encontraba en lo alto de la valla, se le ha permitido entrar en Melilla por razones humanitarias, para ser atendido en el Hospital Comarcal.

El intento se ha registrado en la zona cercana a los Pinares de Rostrogordo cuando más de 200 subsaharianos se dirigieron al mismo tiempo hacia la doble valla, primero queriendo superar a las fuerzas de seguridad de Marruecos y posteriormente a las españolas, "pero fueron repelidos"por los militares marroquíes, mientras 25 se habían subido en lo más alto del último obstáculo que les quedaba para alcanzar suelo español y dos a una farola.

Sin embargo pasadas las 17,00 horas, 18 de ellos han bajado tras permanecer en algunos casos hasta ocho horas subidos a la alambrada mientras nueve aún se han resistido a descender, pero a las 19,00 horas ya no permanecía ninguno de ellos en esta postura de fuerza. La Guardia Civil, además de intentarles convencer de que desistieran de su actitud, les ha ido proporcionando a lo largo de todas estas horas agua para que no se deshidraten.

Por último, la prensa que se encontraba en la zona cubriendo el suceso en el lugar los hechos fue desalojada cuando aún quedaban nuevo en lo más alto de valla, al tratarse de una "zona de seguridad", por ser frontera.