Fiesta del Orgullo Gay
El acoso que sufrió Cs el día del Orgullo: «Les tiraron pis, y escupitajos. Fue una ratonera»
Los agentes que «escoltaron» a Cs en el Orgullo desmienten que las medidas de seguridad fueran las adecuadas.
Los agentes que «escoltaron» a Cs en el Orgullo desmienten que las medidas de seguridad fueran las adecuadas.
El acoso sufrido por los miembros de Ciudadanos durante la manifestación del Orgullo Gay el pasado sábado ha generado polémica sobre el dispositivo policial diseñado para el evento. El gabinete de Prensa de la Jefatura Superior de Policía de Madrid no tiene «constancia» de la existencia de ningún informe interno ni realiza de forma oficial ninguna declaración sobre lo ocurrido la tarde del sábado.
Sin embargo, fuentes cercanas al diseño del dispositivo, elaborado desde la Delegación del Gobierno de Madrid, sostienen que no ocurrió «nada fuera de lo previsto» en este tipo de concentraciones. En las reuniones previas con los organizadores de la manifestación –donde se evalúan los riesgos y, en base a éstos y al volumen estimado de asistentes, se diseña un dispositivo policial– ya sabían que había un punto crítico con Ciudadanos. «Los organizadores lo advirtieron, Cs también pidió que estuviéramos atentos y hasta un Puma (un grupo de la UIP) se entrevistó con ellos antes de salir», explica un conocedor del dispositivo, seguido desde el Cecor (Centro de Coordinación), donde veían el transcurrir de la manifestación. Así, hubo, según esta fuente, «20 agentes de la Brigada de Información» (sin uniforme) para proteger al grupo político. También sostiene que Ciudadanos «se enrocó» un poco porque se les pidió «bordear» a quienes les impedían el paso y ellos no accedieron hasta que la situación se puso mucho más tensa. «La Policía no puede intervenir en el desarrollo de una manifestación porque va contra el derecho de reunión y no se les puede obligar a abandonar», aseguran.
Pero desde la Unión Federal de Policía (UFP) aseguran desde fuentes de esos agentes de Información que protegían a Ciudadanos que «ni mucho menos» fueron 20 porque no estaban ni en todo el dispositivo. «Eran cuatro y luego, cuando pidieron refuerzos, enviaron a dos más». Los agentes de Información, aseguran, no están «para hacer de escolta de nadie», sino para proporcionar información de la manifestación desde dentro (sin que nadie les suponga policías) para que los mandos tomen las decisiones oportunas. Pero estos cuatro agentes, muy curtidos en cientos de manifestaciones violentas, vivieron situaciones que calificaron de «mucha tensión» y, lo que es peor, tuvieron que descubrirse ante la gente como policías porque tuvieron que encapsularles.
Los otros dos agentes que se unieron estaban realizando labores antiterroristas y de prevención de delitos de odio contra el colectivo LGTBI. De este modo, colocaron un cordón frontal para evitar agresiones a los políticos. «Les tiraron de todo: agua, orines, latas... No hubo agresiones porque estos agentes las frenaron pero las hubiera habido», sostiene Serafín Giraldo, portavoz de UFP. «Fueron dos horas en las que se les impidió la libertad deambulatoria y de muchísima tensión», asegura.
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