Congreso de los Diputados
El Ayuntamiento de Pontevedra sabía que no podía declarar a Rajoy «persona non grata»
El PP ve una maniobra orquestada por PSOE y Podemos de Madrid para atacar al presidente del Gobierno en funciones durante la investidura
El PP ve una maniobra orquestada por PSOE y Podemos de Madrid para atacar al presidente del Gobierno en funciones durante la investidura
A casi una semana de la primera votación de investidura de Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados, PSOE y Marea unieron ayer sus fuerzas y, junto al alcalde del BNG, Miguel Anzo Fernández declararon al presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, persona «nos grata» en su tierra: Pontevedra. La moción contó con el voto en contra de Ciudadanos y el PP abandonó el pleno en el momento de la votación en señal de protesta.
El portavoz de los populares en el consistorio, Jacobo Moreira consideró que todo es una maniobra orquestada desde Madrid por PSOE y Podemos. «Con ello buscan el chascarrillo para que Sánchez pueda decir el día de la investidura eso de que no le quieren –a Rajoy– ni en su tierra». Además, se refirió directamente a Sánchez e Iglesias y dijo antes de abandonar el pleno que «Pontevedra no es títere de nadie». El secretario indicó que en el acta se hará constar que «el PP estuvo ausente de la votación» de esta decisión, aunque, según el artículo 81 del Reglamento Orgánico del Pleno, la ausencia se considera como abstención.
El Teatro Principal de Pontevedra parecía más un circo que un pleno municipal. El aforo se quedó pequeño para acoger a detractores y partidarios de Rajoy. Algunos de los presentes portaron carteles donde se podía leer:«Rajoy, persona MUY grata». Se vivieron momentos de tensión y la sesión tuvo que ser interrumpida en dos ocasiones.
El secretario municipal del consistorio pontevedrés había elaborado un informe en el que cuestionaba la conveniencia de que el pleno se pronunciara sobre esa cuestión. En concreto, indicó que resulta «improcedente», que no se incluye dentro de sus competencias ni concierne a los intereses municipales. Entiendía así que el pleno municipal se «excede» de sus cometidos «para reprobar a un simple particular» que no tiene relación funcionarial ni laboral con el consistorio, y recomendaba «evitar» dicho calificativo para una mayor seguridad jurídica. Ese informe, redactado por el secretario por iniciativa propia en el cumplimiento de sus funciones, indicaba también que los concejales «con toda la contundencia que se desee» podrían dejar clara su postura sobre el fondo del asunto a modo de declaración institucional como se hace siempre –sobre la concesión de una prórroga por 60 años a la fábrica de Ence en los terrenos que ocupa en la ría–, motivo sobre el que PSOE y Marea basan su reprobación al presidente del Gobierno en funciones. Además, el funcionario recordaba que la figura de «persona non grata», que sí está regulada en el marco diplomático, «no tiene respaldo en una Administración local», e indica la existencia de sentencias que la califican como una mera declaración institucional «carente de efectos jurídicos».
Aun así los grupos parlamentarios detractores de Rajoy desoyeron los consejos y siguieron adelante con su iniciativa. El portavoz del PSOE en el consistorio pontevedrés, Agustín Fernández criticó que el presidente del Gobierno en funciones «regaló 60 años más de destrucción, desolación y tristeza» a Ence en la ría, una «grave decisión» que «cercena» las posibilidades de crecimiento de Pontevedra y consideró la decisión de «traición» a la ciudad.
Por su parte, el portavoz de Marea, Luis Rei, aprovechó el turno de palabra para sacar los casos de corrupción que han salpicado al PP, acusó a Rajoy de ser «el vecino más incómodo» de la ciudad quien «en funciones condenó a prisión permanente revisable con la agravante de podredumbre a 83.000 pontevedreses». Por su parte, la portavoz de BNG, Carme da Silva indicó que Ence se instaló en la ría durante la dictadura de Franco y que Rajoy era el digno heredero de esa tradición. Por su parte, C’s dijo «no al revanchismo político». Los ediles que votaron la reprobación de Rajoy tenían quieren que Rajoy «sienta vergüenza cada vez que venga a esta ciudad».
Esta vez ha sido la empresa de celulosa la que ha servido como pretexto para declarar «non grato» a Rajoy, pero no es la primera vez que lo intentan. En 2012, Anova, partido liderado por partido Xosé Manuel Beiras, presentó como grupo externo una moción también con la intención de reprobar al líder del PP, aunque en aquella ocasión el argumento fue la subida del IVA, el IRPF, la reforma laboral o los recortes en educación. La moción no llegó a pleno al no contar Anova con representación municipal y el alcalde del BNG que ayer votó a favor de la reprobación entonces no la admitió.
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