El batallón del «Águila Roja»

Alberto Garzón asumió el liderazgo de Unidos Podemos en una manifestación en la que se vio a Monedero pero no a Iglesias.

Al grito de «El Águila Roja», simulando al héroe ficticio de una serie de televisión, aclamaban una cuarentena de personas al diputado de Unidos Podemos y líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón, el cual participó de manera simbólica en la manifestación de ayer convocada por Coordinadora 25, plataforma artífice de las diversas ediciones del «Rodea el Congreso» que han venido celebrándose desde 2012.

Garzón se unió a la protesta en la madrileña plaza de Neptuno y entró por la calle Zorrilla al Congreso minutos antes de que empezara el pleno de investidura en el que Mariano Rajoy resultó elegido como presidente del Gobierno. Alberto Garzón participó en la convocatoria junto a otros diputados de Unidos Podemos como Rafael Mayoral, Ricardo Sixto o Diego Cañamero, este último explicó al inicio de la protesta que «era posible trabajar a favor de los derechos de los ciudadanos tanto desde la calle como desde las instituciones. Junto a ellos también estaba el co fundador de Podemos, Juan Carlos Monedero, que vestía una camiseta con el lema «La rebelión empieza leyendo». Monedero se vio obligado a abandonar todos sus cargos en Podemos cuando trascendió que no había cumplido con sus obligaciones fiscales tras cobrar 425.000 euros del Banco del ALBA.

Garzón no hizo finalmente declaraciones a los medios de comunicación que cubrían la manifestación pero sí publicó un mensaje en su cuenta Twitter, apoyando la protesta. «Comienza el pleno de investidura en el que PP, PSOE y Ciudadanos harán presidente al jefe de la Gürtel», escribió.

Otros diputados de la formación morada que también estuvieron presentes en el inicio de la manifestación fueron Diego Cañonero, Auxiliadora Honorato, Sergio Pascual y Ángela Ballester.

El que durante toda la semana estuvo apoyando públicamente la convocatoria, e incluso confirmó que se pasaría a «saludar», fue el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, que finalmente en la calle Cedaceros –junto a la puerta del Congreso de los Diputados– y en declaraciones a la Sexta explicó que «había sido muy bonito, había mucha gente con actitud positiva». Una posición que le habría hecho enfrentarse durante estos días con su número dos, Íñigo Errejón, el cual prefirió desmarcarse de la protesta al considerarla una «maniobra de distracción» que podría ser utilizada por «algunos» para desviar la atención del «abstencionado» que estaba llevando a cabo el PSOE en el hemiciclo.