Ministerio de Justicia

El conflicto entre Bermúdez y Ruz entra en su recta final

El juez del 11-M elevará en las próximas horas la cuestión de competencia sobre los «papeles de Bárcenas» a la Sala, que deberá resolver en 24 horas

Gómez Bermúdez moverá ficha
Gómez Bermúdez moverá fichalarazon

El pulso entre los jueces de laAudiencia Nacional Javier Gómez Bermúdez yPabloRuz, con los «papeles de Bárcenas» en disputa, está cerca de resolverse. Tras casi un mes de intercambio de andanadas jurídicas, ha llegado la hora de la Sala de lo Penal, la instancia superior a ambos magistrados encargada de apaciguar sus discrepancias sobre quién de los dos es competente para investigar la supuesta contabilidad «B» del PP.Después de que, el pasado viernes, Ruz rechazara el requerimiento de inhibición instado por Gómez Bermúdez(quien le conminó a echarse a un lado y dejar en sus manos la instrucción de la causa), es éste último quien debe dar el siguiente paso: plantear ante la Sala la cuestión de competencia que dirima, de una vez por todas, la mediática controversia.

La resolución de Ruz –que el propio magistrado ordenó remitir a Gómez Bermúdez «por si procediere el planteamiento por dicho juzgado de la oportuna cuestión de competencia ante el superior jerárquico común»– no llegó al Juzgado de Instrucción número 3, del que es titular el juez del 11-M, hasta primera hora de la tarde del pasado viernes, imposibilitando este hecho que la medida fuese elevada a la Sala ese mismo día (la Ley de Enjuiciamiento Criminal obliga a dar ese paso «sin dilación»).Pero, según las fuentes consultadas, Gómez Bermúdez tiene intención de remitir a la instancia superior su exposición razonada en las próximas horas (previsiblemente hoy mismo o, como muy tarde, mañana).

A partir de ese momento, el artículo 759,1 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal es muy claro respecto a los plazos que han de observarse en el procedimiento. La Sala (en este caso la Sección Tercera, presidida por el magistrado Alfonso Guevara) «tras oír al fiscal y a las partes personadas en comparecencia que se celebrará dentro de las veinticuatro horas siguientes» –recalca la normativa– debe decidir «en el acto lo que estime procedente», zanjando así la disputa jurídica, sin que contra esa decisión quepa recurso alguno.Así, si la cuestión de competencia llega a la Sala entre hoy y mañana, esas comparecencias deberían celebrarse el martes o, como muy tarde, el miércoles y la resolución de los magistrados se conocería ese mismo día.

Pero Gómez Bermúdez también tiene intención de desbrozar hoy el otro frente abierto en este polémico caso, rechazando el recurso de reforma planteado por la Fiscalía Anticorrupción contra su auto del pasado día 20, cuando dejó sin efecto la suspensión de una batería de diligencias (entre ellas las declaraciones de los ex tesoreros del PP Luis Bárcenas yÁlvaro Lapuerta y de nueve empresarios que habrían efectuado donaciones al partido). En el mismo escrito, el fiscal recurría la propia decisión del juez de admitir a trámite la querella de Izquierda Unida (contra ex altos cargos del PP y supuestos donantes).

El Ministerio Público solicitó que se revocara la resolución impugnada y se dejaran sin efecto esas diligencias. Pero los acontecimientos posteriores se sucedieron con más rapidez que los plazos jurídicos de ese recurso. La Sección Segunda, a instancias precisamente de la Fiscalía, suspendió in extremis el pasado jueves la comparecencia como imputado de Bárcenas al día siguiente, cuando estaba citado también por Ruz. El resto de los interrogatorios (a Lapuerta, Pablo Crespo y nueve empresarios) están fijados para los días 4 y 5 de abril y Gómez Bermúdez ha rehusado suspenderlos.

Una vez rechazado el recurso de reforma, el juez deberá dar trámite al de apelación ante la Sala planteado de forma simultánea por la Fiscalía, trasladando a las partes el escrito de Anticorrupción para que planteen sus alegaciones en el plazo de cinco días. Con la Semana Santa por medio, este recurso se resolverá, presumiblemente, con posterioridad a la cuestión de competencia, cuando el fondo de la cuestión ya haya quedado vacío de contenido.