El Congreso echa el cierre hasta febrero

Lo dice la Constitución, el Reglamento de la Cámara y los usos y costumbres parlamentarias. Llega diciembre, las Navidades... y sus señorías echan el cierre hasta febrero. Seis semanas y 54 días de vacaciones, que reglamentariamente se denominan «periodo inhábil». Salvo urgencia o repentino interés por acelerar proyectos legislativos que quedan pospuestos hasta después de Reyes, los diputados no volverán a las Cortes hasta el próximo 11 de febrero. ¡Con la que está cayendo! Y no será por falta de producción legislativa porque en el «cajón» quedan pendientes de tramitar la reforma del Código Penal, la reforma de la Ley para la Defensa de los consumidores y usuarios, la de Tratados y otros acuerdos internacionales, la de Navegación Marítima, la reforma del Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha, la Ley de Seguridad Vial, la de Telecomunicaciones y más. Cinco proyectos de ley siguen pendientes de la presentación de enmiendas al articulado y más de una docena de textos están en fase de aprobación por la comisión correspondiente antes de enviarse al Senado. En total, 21 proyectos de ley quedan pendientes de tramitar. Sin embargo, salvo la Comisión Mixta para las Relaciones con el Tribunal de Cuentas (que está convocada para el día 27), no hay más orden del día previsto en el calendario del Congreso.

Es probable, sí, que la actualidad obligue a convocar alguna Diputación Permanente. Pero eso será a partir de enero, seguro. Es lo previsto por el principal partido de la oposición, que ayer registró una solicitud para crear una comisión de investigación sobre «la inaceptable utilización del PP de Caja Madrid». Que para eso ayer sus señorías tuvieron una maratoniana sesión de jueves con un pleno «escoba» con el que dieron carpetazo a siete proyectos de ley con las correspondientes enmiendas aprobadas en el Senado: el de la factura electrónica y el registro contable de facturas en el Sector Público, el de control de la deuda comercial, el del Sector Eléctrico, el de la reforma del sistema de pensiones, el de cajas de ahorro y fundaciones bancaria, el de la Reforma de la Administración Local y los Presupuestos Generales del Estado.

Un texto este último en el que los grupos de la oposición lamentaron ayer al unísono su «papel de figurantes», ya que sólo se incorporaron 12 de las más de 4.000 enmiendas presentadas.Tan unívoca fue la respuesta que dieron todos los partidos a los Presupuestos como la que ofrecieron a la reforma eléctrica. PSOE, Izquierda Plural (IU-ICV-Cha) y UPyD, y los partidos Compromís-Equo, CC, BNG, ERC, Gerobai y Amaiur firmaron un compromiso por el que cuando el PP deje el Gobierno derogarán su reforma eléctrica. La declaración les compromete a derogar esa reforma si gobiernan, a restaurar la seguridad jurídica en el sector, a auditar los costes que suponen la producción de energía, a diseñar un nuevo plan en la materia y a eliminar las trabas al ahorro energético, caso del autoconsumo, y a las renovables. Con este compromiso, previo al trasiego de maletas y las carreras por no perder aviones o trenes, se despidieron los diputados de todos los grupos parlamentarios, con la excepción, claro, de PP, CiU y PNV, aunque no porque ellos no se vayan de vacaciones, que también se van.