El enigma de Francis: un maletín bajo candado con los móviles

Era temprano cuando la polémica ya se propagaba. El nieto de Franco, Francis Franco protagonizó varias de las fotografías de la jornada en el Valle de los Caídos, a causa de la bandera que portaba, la preconstitucional del Águila de San Juan. Enseña que llevaba 44 años guardada en su casa, y que le había sido entregada por parte de su madre, Carmen Franco. Ayer, la familia consideró que era el momento de desdoblarla y volver a utilizarla. Había estado colgada previamente en el domicilio familiar hasta que la policía les obligó a retirarla. Pero el nieto del dictador entró con la bandera preconstitucional en el Valle de los Caídos en la mañana de ayer. El Gobierno, al percatarse, prohibió a Francis Franco entrar en la basílica de la Santa Cruz con el emblema franquista y los operarios la guardaron dentro de una de las furgonetas en las que habían sido trasladados los 22 familiares.

El objetivo del Ejecutivo era evitar a toda costa que la imagen para la historia fuera, en democracia, la salida del féretro con los restos de Franco bajo la bandera franquista. Tras la exhumación, a medio día, la bandera fue protagonista de nuevo. El nieto de Franco pidió al Gobierno su devolución, pero éste optó, en principio, por devolvérsela a la familia una vez se encontraran en Mingorrubio. El abogado de la familia, Luis Felipe Utrera-Molina, intercedió ante el secretario de Presidencia, Félix Bolaños, y tras un tenso debate en el que participó el nieto de Franco, la bandera regresó a sus manos, la cual fue exhibida en el cementerio de El Pardo por los familiares.

La maleta con candado

Otro de los enigmas mejor guardados del día también correspondían a la figura de Francis Franco. Desde que entró en el Valle de los Caídos a las diez de la mañana hasta que salió con dirección al cementerio portaba un misterioso maletín negro de pequeñas dimensiones y cerrado con candado.

Durante toda la jornada hubo diversas especulaciones respecto a su contenido, desde medallas militares de su abuelo a los «sellos de plomo del ataúd». Sin embargo eran los teléfonos móviles de la familia lo que el nieto de Franco custodiaba, tras la prohibición expresa del Ejecutivo de acceder a la Basílica con aparatos tecnológicos.

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