El fiscal destaca que el empresario tenía casi medio litro de sangre en el estómago

El empresario Juan Andrés Benítez tenía casi medio litro de sangre en el estómago cuando murió tras ser reducido a golpes por los Mossos d'Esquadra, según destaca la fiscal en un escrito en el que acusa a ocho agentes de homicidio por actuar de forma "excesiva, desproporcionada y desmesurada".

En un escrito presentado hoy ante la titular del juzgado de instrucción número 20 de Barcelona, que mantiene imputados a diez mossos por el caso de la muerte de Benítez, el 6 de octubre pasado, la fiscal enumera las lesiones que los mossos infligieron al empresario durante la reducción y subraya que se hallaron 425 centímetros cúbicos de sangre en el estómago de la víctima.

Según el escrito de la fiscal, los ocho mossos a los que acusa de homicidio -sin concertar aún si doloso o imprudente-, provocaron a Benítez un estrés que, unido a los "golpes, puñetazos, rodillazos y patadas diversas que le propinaron", así como por el uso de la porra policial, le llevaron a un "estado de inconsciencia y a una situación de parada cardiorespiratoria".

En su escrito, la fiscal sostiene que los imputados ocasionaron a Benítez lesiones como la fractura de un diente, hematomas en los labios y fractura y hematoma nasal con hemorragia.

También le ocasionaron lesiones en el macizo cráneo-facial, una zona que considera "vital", ya que tenía un hematoma en el pabellón auricular izquierdo, una herida contusa en la ceja izquierda y hematomas y heridas en la frente y las mejillas.

Según la fiscal, la contención y reducción llevada a cabo por los mossos fue "a todas luces desproporcionada, tanto para un ciudadano medio, cuanto más para los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad Autonómicos".

Para el ministerio público, los continuos gritos y lamentos proferidos por la víctima, así como su respiración agitada, podían alertar a un "ciudadano medio"de la situación de estrés en la que este se encontraba, pese a lo cual los agentes siguieron golpeándole.