El desafío independentista
El «indepe» crítico con el procés
Cree que «convocaron un referéndum sabiendo que nunca lo aplicarían», y dice que votará a la CUP por ser los únicos «consecuentes con sus ideas»
Cree que «convocaron un referéndum sabiendo que nunca lo aplicarían», y dice que votará a la CUP por ser los únicos «consecuentes con sus ideas».
Si el independentismo tiene un «enfant terrible» es el joven filósofo, musicólogo y escritor (Barcelona, 1979) Bernat Dédeu: «Esto me lo dice la gente que te quiere desprestigiar cuando dices verdades que incomodan». Es independentista y muy crítico «siempre quieres que gane el mejor. No quiero que los míos sean los buenos, quiero que sean los mejores. El periodismo independentista es muy complaciente. Soy filósofo, y el filósofo por definición es un tocacojones. Sin crítica no se mejora. Crítico para construir, para que se produzca una catarsis, no para destruir».
Es socio del Ateneu Barcelonès y se presentó a las elecciones para ser presidente de la entidad. No ganó. El independentismo «de orden» le dio la espalda y fue a votar en masa a su adversario: «No gustó que propusiéramos no hacer actos políticos. Hay entidades culturales, como Òmnium, que por hacer política ya no pinta nada como entidad cultural. Creo que para alcanzar el ideal de la independencia es solidificar la cultura. No soy una persona cómoda».
No cree en el federalismo porque no hay un «espacio real para alcanzarlo». «El soberanismo ha creado ilusión sobre un proyecto, pero al final incumple sus promesas». No suele morderse la lengua ni en sus comentarios.
–colabora en diferentes tertulias radiofónicas y televisivas– ni en sus escritos, que a decir de propios y extraños «no dejan indiferente y suelen levantar ampollas». Lo demuestra en esta entrevista cuando empieza a cargar contra los dirigentes de Junts pel Sí: «Hacen unas leyes, dicen que aplicarán el 1-O, y cuando declaran la república se van de fin de semana. Ahora nos dicen que en estas elecciones toca defenderla. Esto es de un cinismo total. No se puede tratar a los ciudadanos como idiotas».
No pone paños fríos en sus críticas porque considera que el «procés» ha sido un fracaso colectivo. «Los políticos independentistas convocaron un referéndum sabiendo que nunca lo aplicarían. Éste es el gran engaño», por lo que sentencia «en estas elecciones no se pueden presentar los mismos porque el procés ha acabado y ha acabado mal. La vía unilateral no cumplió con lo prometido. Nos decían que estábamos en la preindependencia, nos han dejado en la preautornomía, y nadie ha pedido perdón», porque «gente poco previsora y en algunos aspectos fraudulenta estará en el Parlamento. Además, el Estado, injustamente, ha encerrado a medio gobierno dejando la legislatura mediatizada por el tema de la prisión y los políticos afectados bajo amenaza. Quiero que salgan de la cárcel, pero no los quiero tener en el Parlamento porque son un lastre».
Sus previsiones electorales no son halagüeñas, «firmo un resultado igual. Con 72 diputados, los dirigentes “indepes” hacen una fiesta». Y se sincera: «Soy independentista, soy liberal, el comunismo es el mal, pero votaré a la CUP, por ser consecuente con sus ideas y los únicos que advirtieron de lo que podía pasar, y tuvieron razón». Y vuelve a la carga «el independentismo tradicional no puede poner en su programa que declarará la independencia. Por eso, se han inventado esta patochada, firmada por Marta Rovira, de que estas elecciones son el referéndum que Rajoy no se atrevió a pactar», y remata «a ver si nos enteramos, ningún presidente de España pactará un referéndum», acordándose de Puigdemont, Junqueras y Marta Rovira. A los tres, y seguramente alguno más, les envía un recado «y a todo esto, no ha dimitido nadie». Lo dicho «enfant terrible», sincero y radical «porque no seré el único. Muchos independentistas de derechas que no saben que votar, votarán CUP». Toda una sentencia que las encuestas no recogen.
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