Arranca el juicio «Gürtel» tras rechazarse la última recusación

El extesorero del PP Luis Bárcenas, el cabecilla de la Gürtel, Francisco Correa, y otros acusados han llegado ya a la Audiencia Nacional para ser juzgados en el primer macrojuicio de la trama.

El extesorero del PP Luis Bárcenas, el cabecilla de la Gürtel, Francisco Correa, y otros acusados han llegado ya a la Audiencia Nacional para ser juzgados en el primer macrojuicio de la trama que se celebra desde hoy en la sede del tribunal de San Fernando de Henares (Madrid).

Sobre las 9.10 horas, casi una hora antes de la fijada para el comienzo del juicio, Bárcenas ha llegado al tribunal acompañado de su abogado, Francisco Maroto, y ante una veintena de cámaras de diferentes medios de comunicación apostadas a las puertas de la Audiencia Nacional.

«Las causas de recusación formuladas carecen de cualquier entidad y sólo se justifican por un ánimo evidentemente dilatorio para conseguir la suspensión del juicio oral» que comienza hoy sobre el «caso Gürtel». Con este argumento central, el magistrado Javier Martínez Lázaro rechaza la recusación que planteó Pablo Crespo contra José Ricardo de Prada, uno de los tres integrantes del tribunal que debe enjuiciar este procedimiento, en el que se sentarán en el banquillo de los acusados, entre otros, Francisco Correa, considerado el principal responsable de la presunta trama de corrupción, y el ex tesorero del PP Luis Bárcenas. En total, 37 imputados para los que el fiscal solicita casi 800 años de cárcel.

Crespo, para quien el fiscal solicita 64 años de cárcel, esgrimía principalmente dos motivos: «enemistad manifiesta» y por tener «interés directo o indirecto» en la causa. En su escrito, aludía a la «pérdida de apariencia de imparcialidad» del magistrado por su relación de amistad con Garzón, el juez que puso en marcha la investigación de la «trama Gürtel» y al hecho de que una hija del juez recusado hubiese colaborado con una revista propiedad del letrado de la acusación popular Gonzalo Boye, que ejerce en varias piezas del «caso Gürtel», aunque no en la que se enjuicia a partir de hoy. Sobre este último aspecto, el instructor del incidente de la recusación destaca que esa colaboración «en nada puede comprometer la imparcialidad del magistrado recusado», ni de ello se puede desprender tampoco que tenga un «interés directo en el pleito». En todo caso, se destaca que «si la afinidad ideológica de un magistrado no es causa de recusación, menos aún puede serlo la afinidad ideológica de la hija del magistrado recusado con un letrado que ni siquiera actúa» en esta causa.

En cuanto a la alegada amistad íntima de De Prada con Garzón, Martínez Lázaro señala que ambos coincidieron en la Audiencia Nacional durante más de 20 años, lo que genera «lazos de compañerismo», algo que, sin embargo, no puede compararse con una «amistad íntima».

Respecto al hecho de que el recusado haya participado en conferencias organizadas por Baltasar Garzón, el instructor señala que ello no puede encuadrarse más que en una «colaboración profesional y esporádica», de la que tampoco puede desprenderse una amistad íntima; así como las valoraciones sobre Garzón han estado siempre vinculadas «al trabajo profesional de éste», lo que justifica que pueda entender que es merecedor de un homenaje o que «produzca tristeza su condena», algo «normal» porque afecta a alguien con el que trabajó más de 20 años. De esa forma, De Prada estará hoy en el Tribunal que comenzará a juzgar desde hoy el «caso Gürtel», las operaciones que la red de Correa desarrolló entre 1999 y 2005 con ayuda de Crespo, a través de un entramado societario, utilizando sus contactos con responsables del PP para conseguir adjudicaciones irregulares de contratos públicos, el pago de comisiones y dádivas y ocultar al fisco las ganancias que ascienden a más de 40 millones, según la Fiscalía.

Junto a ello, como adelantó LA RAZÓN en su edición de ayer, el abogado del PP, Jesús Santos, solicitará al tribunal que exima a la ex ministra de Sanidad Ana Mato y al partido de estar presente en las sesiones, ya que sólo se les considera responsables a título lucrativo, pero no se les imputa ningún delito.