Cataluña
El «mártir» Mas allana el camino al pacto con la CUP
Convergència utiliza la imputación para presioanar a la izquierda radical.
La declaración de Artur Mas como imputado ha sido aprovechada por el soberanismo en su propio beneficio. Con una cuidada puesta en escena y la coreografía acentuada al máximo, Mas ha subido un peldaño más de «épica nacional» en su carrera presidencial. Seguirá jugando con los tiempos políticos, mientras que el juicio, con tiempos judiciales, todavía tardará un par de años en celebrarse. Para entonces, todos calvos. Lo que en principio podría ser un hándicap contra el president, con una hábil llave de yudo, Mas le ha dado la vuelta en su propio beneficio. Ha creado su nueva historia con un objetivo: ser investido de nuevo presidente sin discusión.
1 - La víctima. El presidente de la Generalitat se ha presentado como la víctima de la «democracia de baja intensidad» del Estado español. Se ha declarado culpable de ser demócrata, de obedecer al Parlament y a los ayuntamientos. Con los cuatro dedos de la mano abiertos sobre el corazón, ha escenificado lo que tanto gusta al soberanismo «todo se hace por Cataluña».
2 - El líder. Los dirigentes de la CUP fueron ayer la comparsa necesaria. El líder, el hombre que asume riesgos por el futuro de Cataluña, es Artur Mas. Se identifica como el «Gran Hermano», el único líder posible del pueblo de Cataluña, el nuevo presidente. Ayer tuvo un desliz. Dio las gracias «a todos aquellos que me han acompañado en este acto –la declaración ante el TSJC–». Consideró su declaración como un acto electoral y, en parte, no le falta razón. La CUP dobló la rodilla para investirlo presidente.
3 - Un solo pueblo. A Mas,y a su cohorte tanto les dan los resultados electorales. Convirtieron las elecciones en un plebiscito y, al perderlo, volvieron a las elecciones. Han ganado y se han vuelto a apropiar del «pueblo de Cataluña», al que consideran de forma unánime que está detrás del líder. Da igual que más de dos millones de catalanes estén horrorizados por la deriva nacionalista. Éstos no son pueblo, son «botiflers» (traidores). El pueblo está de forma unánime con Mas, no es plural, es servicial.
4 - El movimiento nacional. La mala gestión, la corrupción del 3% y la camorra de los Pujol arruinaron a CiU. Mas ha sustituido los partidos por un nuevo movimiento nacional que sólo tiene como objetivo la independencia de un país que, por sí misma, traerá más dinero, más bienestar, más reconocimiento, menos enfermedades, menos accidentes y más éxitos.
5 - El engaño histórico. «Hace setenta años España fusiló a Companys. Ahora España juzga a Mas», rezaba una pancarta. Dos mentiras se han convertido en el mantra nacionalista. España no fusiló a Companys. Lo fusiló la dictadura fascista, como fusiló a miles de republicanos, anarquistas, socialistas y comunistas. Companys, cuya gestión fue más que discutible y sus errores fueron variopintos, fue fusilado por un régimen que también fusiló a millares de españoles.
6 -El engaño estratégico. Tampoco ahora Mas es juzgado por un tribunal español. Está siendo juzgado por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. La Fiscalía consideró que desobedeció unas normas y lo denunció. Otra cosa es cuestionar si debió hacerlo, pero una vez presentada la demanda, el Tribunal actúa como máximo órgano judicial de Cataluña. Ahora debe dictaminar si hubo delito en la desobediencia. Sin embargo, Mas ya se presenta ante los suyos como condenado por España.
7 - Los voluntarios. Son los grandes culpables que surgieron como las setas, por generación espontánea. Estos voluntarios que se organizaron al margen del Gobierno, de los partidos y de los ayuntamientos, ocuparon los colegios, pusieron las urnas, compraron ordenadores y un sistema informático, llevaron las urnas a los centros escolares y asumieron la jornada de votación. Desde luego, no lo hicieron por iniciativa propia.
8 - Montesquieu ha muerto. El Gobierno de España dudó en exceso ante el 9-N y Mas utilizó «la astucia» para burlar la legislación vigente. Desde el martes, con la presencia de los miembros de su gobierno en las puertas del Tribunal, con más de 400 alcaldes –hay 948 ayuntamientos en Cataluña–. El soberanismo certifica el fin de la separación de poderes. Que el conseller de Justicia estuviera presente en la manifestación, una aberración.
9 - Los palmeros. Los medios de comunicación han salido en tromba en apoyo de Mas. Se ensalzan las maldades españolas y se elogian los valores del presidente. Todos a una, cierran filas en torno al pensamiento único. Un pensamiento único que no contempla
10 - RIP por la senyera. El soberanismo ha repudiado la bandera de todos y asume la estelada como propia. Artur Mas ha puesto su enseña al frente de su movimiento nacional. Iza una bandera de parte, iza la bandera de los unos –los buenos catalanes– contra los otros –los malos–.
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