Gobierno de España

El PNV cuestiona su apoyo a las cuentas ante una «respuesta excesiva»

Moncloa no se cree que Puigdemont quiera negociar sino que busca ocultar su radicalidad.

El portavoz del PNV en el Congreso de los Diputados, Aitor Esteban
El portavoz del PNV en el Congreso de los Diputados, Aitor Estebanlarazon

Moncloa no se cree que Puigdemont quiera negociar sino que busca ocultar su radicalidad.

La sesión de control al Gobierno en el Senado se convirtió ayer en un duro enfrentamiento del Ejecutivo con los representantes del independentismo por la situación que se vive en Cataluña. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se enzarzó con el portavoz del PDeCAT, Josep Lluís Cleries, después de que éste llegase a exhibir una papeleta para votar en el referéndum ilegal. Rajoy echó en cara a los herederos de la anterior Convergéncia que perviertan el sentido de palabras como democracia y libertad mientras dan golpes antidemocráticos en el Parlament y amenazan a alcaldes, periódicos, y a todos aquellos que no siguen las consignas independentistas.

Rajoy rompió con su moderación habitual para entrar en el cuerpo a cuerpo con el portavoz del PDeCAT, al mismo tiempo que tendió la mano al PSOE para seguir avanzando juntos en la respuesta al desafío soberanista. Rajoy solemnizó de nuevo en el Senado que está dispuesto a buscar una solución política y dialogada al problema catalán, pero sin cesiones imposibles. El presidente considera que la comisión de estudio planteada por los socialistas y la oferta de diálogo sirven para intentar dar una sensación de disposición a normalizar la situación el 2-0 dentro de un escenario muy abierto y en el que a día de hoy es imposible anticipar qué ocurrirá tras el «fracaso» del referéndum ilegal porque dependerá de la posición de los líderes independentistas. Sin consulta, pero con el menor daño posible, dice Rajoy, y ahí es donde entran en juego los gestos con el principal partido de la oposición. «Hubiera sido tremendo para mí que el PSOE no apoyara en una situación como la que estamos viviendo», reconoció ayer. Rajoy aprovechó para calificar de «muy razonables» los principios sobre los que el PSOE sostiene su propuesta de diálogo en Cataluña.

El Gobierno ya intentó la vía del diálogo, pero sin resultados. Desde la dirección independentista se negaron a negociar de ningún asunto que no fuera el referéndum de autodeterminación. Moncloa admite que sin un cambio en el PDeCATno es posible iniciar ningún diálogo político en Cataluña, y que esto exige la caída de Carles Puigdemont y Artur Mas. De hecho, Moncloa no se cree que Puigdemont quiera negociar y sostiene que su última propuesta es un gesto para suavizar su radicalidad y que está en manos de la CUP. Rajoy acusó ayer al PDeCATde haber liquidado la legalidad en Cataluña y les echó en cara que con su deriva radical sólo han conseguido ir reduciendo su representación electoral. «Cuando hace falta segamos la cadenas», le increpó el senador del PDeCAT. Por su parte, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, advirtió a ERC de que se creen por encima del bien y del mal, «pero el bien lo marca la ley y el Gobierno protegerá a los ciudadanos frente a su tiranía».

Mientras, el desafío independentista ha hecho al PNV posicionarse respecto al asunto e incluso amenazar al Gobierno con modificar su estrategia en el Congreso, donde a día de hoy son socios estratégicos del Ejecutivo. El portavoz parlamentario del PNV, Aitor Esteban, amenazó ayer a Rajoy con retirar su apoyo parlamentario a la negociación de los Presupuestos de 2018 si el Ejecutivo responde de una manera «exarcebada» a Cataluña. Según advirtió Esteban si se produce esta respuesta, se «complicaría» la próxima negociación de los Presupuestos, que el Consejo de Ministros pretende aprobar el día 22. «Responder al tema de Cataluña rebasando determinadas líneas y niveles complicaría la relación que pudiéramos tener con el PP. Eso lo sabe todo el mundo y, para empezar, el Gobierno», manifestó, informa Efe.

De momento el PNV, dijo, no ha mantenido ningún contacto con el Ejecutivo sobre el proyecto presupuestario y sobre las líneas rojas que dificultarían la negociación de esas cuentas públicas, el nacionalista vasco no quiere desvelar aún detalles. «Poco a poco. Vamos a ver cómo van las cosas, cómo se desarrolla todo y qué es lo que hace cada uno», aseguró.