Minería
El portavoz de la Junta de Castilla y León pide el cese o la dimisión de Soria
El portavoz en funciones de la Junta de Castilla y León, José Antonio de Santiago-Juárez, ha afirmado hoy que el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, "ha hecho méritos para dimitir o para ser cesado".
Da igual su conversación con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, porque el candidato del PP a la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, un referente histórico del partido, mantiene en pie su batalla . Ayer, el portavoz en funciones de la Junta de Castilla y León, José Antonio de Santiago-Juárez, compareció para solemnizar que el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, «ha hecho méritos para dimitir o para ser cesado». El Gobierno regional en funciones, del PP, reclamó a Rajoy la cabeza de uno de sus ministros, al que en ese feudo, en el que el PP ha perdido por un escaño la mayoría absoluta, le reprochan buena parte de su desgaste político.
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno de Castilla y León, De Santiago-Juárez criticó la gestión que ha hecho el ministro de los problemas del carbón que afectan a las cuencas mineras de esta comunidad y le acusó de dejar «destrozado» al PP de Canarias.
El portavoz comparó los resultados electorales logrados por el PP en Castilla y León, en concreto en las provincias aludidas por el ministro, como Soria y Segovia, y los cosechados por este mismo partido en Canarias, donde «no hay minas», informa Efe. Con estas palabras, se refirió a la contestación que dio Soria a las declaraciones realizadas en su contra por el presidente en funciones de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, quien atribuyó la pérdida de votos en León a su gestión del conflicto con la minería. El ministro dijo que en Soria y en Segovia no hay minas y que allí el resultado del PP también había sido malo, a lo que el portavoz en funciones de la Junta contestó que «no tenía ni idea» de lo que había ocurrido en las elecciones autonómicas y municipales.
Estas declaraciones no gustaron en Moncloa. La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, aprovechó una conversación informal con periodistas para criticarlas. «Creo que declaraciones como ésa no son oportunas en este momento, y tampoco las veo justificables», sentenció. Según dijo, «las circunstancias» generadas tras las elecciones del pasado domingo son «para un análisis y una reflexión serena y sosegada».
El ministro aludido no quiso responder a las críticas en su contra, pero sí advirtió de que, por su parte, lo que tenga que decirle a cualquier compañero del partido siempre se lo dirá en casa, y «nunca en la plaza pública». Ante las críticas, el titular de Industria indicó que no tiene nada que decir porque «las descalificaciones al final descalifican a quien descalifica» y negó que, por su parte, entienda que hay «ningún encontronazo» con Juan Vicente Herrera. «Yo le he felicitado porque, sin perjuicio de que no haya obtenido la mayoría absoluta en esta ocasión, ha tenido un resultado que podemos calificar de muy bueno y se ha quedado a un solo procurador de la mayoría absoluta», indicó.
Este choque de trenes, engordado por Herrera, está siendo observado con estupor en las filas populares. Castilla y León es la comunidad en la que el PP ha conseguido mejores resultados y está en condiciones de seguir gobernando, pese a perder la mayoría absoluta. Pero en vez de colocar el foco en este hecho, el líder regional ha optado por ponerse a la cabeza del sector crítico y sembrar incluso dudas sobre la candidatura de Rajoy para las generales. Un distanciamiento que tal y como está planteado no suma, sino que sólo redunda en un mayor debilitamiento del presidente del Gobierno y del propio PP. En las filas populares advierten de que en esta guerra hay mucho de «vendetta» personal. Pero también señalan que, en cualquier caso, la dirección nacional debe cortocircuitar de inmediato la imagen de «jaula de grillos».
Piden autoridad y unidad interna. «La situación es delicada, y la peor salida es avanzar hacia un escenario en el que cada uno vaya por libre y diga lo que quiera. Hay que tirar juntos del proyecto, y se puede discutir de todo, pero sin dar la imagen de un partido dividido y en guerra de unos con otros», sostienen en Génova.
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