Gobierno de España

El PP asume que Soria dificulta más cualquier gesto a la negociación

Rajoy decidirá con los datos del referéndum de Podemos si contacta con Sánchez

El PP asume que Soria dificulta más cualquier gesto a la negociación
El PP asume que Soria dificulta más cualquier gesto a la negociaciónlarazon

Rajoy decidirá con los datos del referéndum de Podemos si contacta con Sánchez

En Génova están muy pendientes del sondeo con intención de voto que ultima el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), y que se conocerá esta semana. El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, sigue sin haber tomado aún una decisión definitiva sobre si hace un último gesto a la negociación y se dirige al líder del PSOE, Pedro Sánchez, aunque sepa por adelantado cuál va a ser la respuesta de éste. Rajoy decidióe sperar a que se conozcan los resultados del referéndum a sus bases sobre el pacto de gobierno que ha organizado la dirección de Podemos. Un argumento para ganar tiempo, aunque cuadra con su estrategia de esperar a tener todos los elementos de juicio antes de tomar una decisión.

En la dirección popular trabajan con la hipótesis de que ese referéndum concluirá con un «no» rotundo al pacto entre el PSOE y Ciudadanos y, en consecuencia, con la validación del liderazgo de Pablo Iglesias. No obstante, Rajoy va a esperar a conocer los datos definitivos y quiere ver también cómo los administra la dirección socialista. Nadie niega, ni en Moncloa ni en Génova, que el «caso Soria» se ha convertido en otro torpedo directo contra la línea de flotación de la estrategia de Rajoy. Es verdad que oficialmente todos los mensajes que han salido en los últimos días de Génova y de Moncloa dejaban poco margen para confiar en que Rajoy se inclinaba por dirigirse a Sánchez. Vienen explicando que hace falta una rectificación previa del líder socialista y que Rajoy no iba a participar del «teatro» que critica el PSOE, Ciudadanos y Podemos mientras Sánchez mantenga su negativa rotunda a hablar con él. No obstante, desde el punto de vista de la estrategia, también es verdad que el «caso Soria» limita aún más el margen de maniobra del presidente en funciones.

En el PP reconocen que el ya ex ministro de Industria, Energía y Turismo es una losa más con la que tiene que cargar Rajoy en estas dos últimas semanas antes de que se confirme la disolución de las Cortes Generales. «Soria estáya muerto políticamente. Pero tenemos que seguir cargando con su cadáver y es evidente que la izquierda y Ciudadanos van a exprimirlo al máximo contra nosotros», sentenciaban ayer en el Comité de Dirección. La administración que está haciendo Soria de su renuncia, forzada por Rajoy, no está gustando ni en el Gobierno ni en la dirección popular. El ex ministro ha optado por defenderse alimentando divisiones y teorías de conspiraciones internas, y colocando como escudo el nombre del presidente del Gobierno en funciones, al que en sucesivas entrevistas ha presentado como su principal valedor, y al que niega incluso la voluntad de forzar su salida del Ejecutivo. Esta estrategia, que puede contar con el aval de alguno de sus íntimos compañeros en el Consejo de Ministros, está conmoviendo los cimientos internos. Soria había perdido la confianza de Rajoy y del grueso del Gobierno y de la dirección del partido. Formalizó una renuncia, en contra de su voluntad de acudir el lunes al Congreso y de mantener las explicaciones desmentidas por las informaciones publicadas en los últimos días, porque el propio Rajoy le hizo ver que la situación era insostenible. Y lo hizo después de haberle ofrecido su pleno apoyo hasta que comprobó que le estaba ocultando información. «Soria había perdido nuestra confianza. No se va porque desde dentro le hayan hecho una trampa ni contra el criterio de Rajoy. Se va porque la sensación es que ha sido él quien nos la ha jugado», sostienen desde el Ejecutivo. Como ha ocurrido en todos los demás casos en los que al final ha dejado caer a uno de sus colaboradores, Rajoy calla, dejando ventaja al cesado. «Pero Soria sabe muy bien que se le ha enseñado el camino de salida, y que la culpa no es de enemigos internos, ni de la vicepresidenta ni de Hacienda, sino sólo suya», asegura un ministro que por adscripción está en teoría, entre los que compartían con él subgrupo dentro del Consejo de Ministros.

Por otra parte, el vicesecretario de Sectorial del PP, Javier Maroto, trasladó ayer a Sánchez que todavía hay una oportunidad «de verdad» para que abandone el «bloqueo» y se pueda conformar un gobierno «sólido, inédito y transversal» entre el Partido Popular y el PSOE.