El PP buscará el cuerpo a cuerpo con Ciudadanos en las municipales y autonómicas

El mal resultado de las elecciones andaluzas ha enfrentado al PP ante los riesgos que puede representar Ciudadanos para sus perspectivas de voto en las autonómicas y municipales de mayo. Hecho el análisis de los resultados, y las correspondientes proyecciones, el PP sostiene que confía en seguir siendo el partido más votado, y que esto le permitirá salvar la cara ante unos comicios complicados. Cree también que el PSOE aguantará peor que ellos en esos comicios. Que Andalucía es una especie de burbuja política que marca una tendencia, pero que no es una radiografía extrapolable al resto de España. Y que si en Andalucía el PSOE recogió voto útil para frenar a Podemos y también de los que han hecho suyo el discurso de que, pese a todo, la inestabilidad puede ser un mal mayor, ahora ese voto irá más a sus arcas que a las del PSOE. Dicen que tira a su favor el hecho de que estén gobernando en la mayoría de los municipios, por ejemplo. Y confían también en que la falta de estructura territorial de Ciudadanos limite su impacto en sus intereses electorales.

Pero todos estos argumentos tienen su réplica y sus matices. En esta larga precampaña, en algunas estructuras territoriales han constatado la demanda de cambio y «el hartazgo con la política de siempre, con la de los últimos veinte años». Es una realidad que en una importante parte de la sociedad ha calado el choque entre lo viejo y lo nuevo que han acuñado los partidos emergentes, y así lo perciben también dirigentes y candidatos populares.

En la dirección del partido hay quien admite que Ciudadanos no es un problema en sí mismo, y que sólo existe porque le han dejado espacio. Y entre los más preocupados por su alcance se asienta la percepción de que la clave es saber qué puedes hacer a estas alturas, a dos meses de los comicios de mayo, con el partido y con los candidatos para que los votantes no tengan la necesidad de mirar hacia otro lado. Advierten de que aunque es cierto que el partido de Albert Rivera no tiene estructura territorial, en los pequeños municipios hay pocos habitantes en comparación con el conjunto y que las elecciones se deciden en las capitales y en las grandes ciudades. Y temen que el resultado dependa de que se consiga trasladar un cambio en la imagen del PP y de sus líderes nacionales, y para eso puede que ya sea tarde. A partir de ahí, la opinión mayoritaria es que insistir en la estrategia de la descalificación personal de Rivera sólo servirá para darle más votos.

De la revisión que pusieron en marcha con las elecciones andaluzas hay ya conclusiones que afectan a la estrategia de campaña. En Génova han elaborado, entre otras medidas, un informe sobre las contradicciones que incluyen las propuestas electorales de Ciudadanos. Y su decisión es buscar el cuerpo a cuerpo con los candidatos de cada «plaza» autonómica y local. El «peso» de la campaña, como ya ocurrió en las elecciones andaluzas, lo llevará Rivera, pero el PP quiere que sus candidatos municipales busquen la confrontación con los candidatos de Ciudadanos para «poner en evidencia su inconsistencia y las debilidades de sus propuestas».

El PP señala que entre ellas está, por ejemplo, la de dejar en «1.000 todos los municipios de España». «Teniendo en cuenta que ya hay más de 400 que tienen más de 20.000 habitantes, esto supondrá que desaparecerían todos los de menos de 10.000 habitantes», explican. El PP también destacará en campaña que la propuesta de Luis Garicano de suprimir el programa del AVE implica que éste no vaya a llegar a Murcia, Extremadura, Galicia o País Vasco, y que esto tendrán que explicarlo en esas comunidades. Y otro de sus argumentos en la confrontación territorial contra Ciudadanos será «la contradicción que implica oponerse al trasvase en Aragón y defenderlo en Murcia y en Valencia».

La instrucción a los candidatos municipales es que bajen al detalle de las propuestas y que hagan campaña contra los candidatos locales de Ciudadanos, mientras que a nivel nacional uno de los lemas seguirá siendo el de vincularles con la marca PSOE y denunciar que los votos a este partido irán a sostener a Gobiernos socialistas.

Las incoherencias de Albert

- Proponen una reforma del IVA hacia un tipo único, pero eliminar los tipos reducidos y super-reducidos afectaría a los colectivos más vulnerables y a la competitividad entre sectores.

- Plantean un contrato indefinido con indemnizaciones crecientes y también un complemento salarial anual garantizado. Esto último demuestra que ese contrato no es efectivo.

- Hablan de un modelo de Estado federal pero se desmarcan del federalismo asimétrico del PSOE y no concretan qué quieren.