Elecciones generales

El PP, en compás de espera

El PP confía en que el PSOE acabará cediendo y permitiendo un Gobierno de Rajoy cuando certifique que es imposible el pacto con Podemos por culpa del derecho a decidir o que no puede sacar adelante la reforma de la Constitución que promete.

El Partido Popular ha prometido, con Mariano Rajoy a la cabeza, trabajar por un acuerdo de Gobierno y apurar el tiempo que la ley y los plazos le dan para conseguir la investidura, pero lo cierto es que el suyo es más bien un compás de espera.

Y es que el PP confía en que el PSOE acabará cediendo y permitiendo un Gobierno de Rajoy cuando certifique que es imposible el pacto con Podemos por culpa del derecho a decidir o que no puede sacar adelante la reforma de la Constitución que promete, ya que dicha reforma es aritméticamente imposible sin el apoyo de los populares.

Pero, sobre todo, en el PP creen que el PSOE acabará viendo, al final de este proceso, que lo último que le conviene son unas nuevas elecciones generales, como han apuntado a Efe fuentes populares.

Desde la dirección del partido insisten en que es real la intención de Rajoy de ofrecer a Pedro Sánchez un pacto que pueda aceptar y que haga posible un gobierno estable.

Pero no quieren desvelar las cartas que pondrá sobre la mesa el presidente en funciones para lograr el beneplácito del líder socialista, entre otras cosas para no contaminar una negociación que, admiten, tardará aún bastante tiempo en llegar, y que sólo se puede producir una vez que Sánchez no consiga el pacto de izquierdas por el que apuesta.

En cualquier caso admiten que al final de todo este proceso es posible que Sánchez no quiera recular y el PSOE se mantenga en el "no"a la investidura de Mariano Rajoy, lo que conllevaría nuevas elecciones.

Los populares creen, eso sí, que si volviera a haber comicios el PP mejoraría sus resultados, y también lo haría Podemos, mientras que los más castigados serían Ciudadanos y los socialistas.

Si tras esas hipotéticas nuevas elecciones el mandato fuera de nuevo el entendimiento lo mejor sería, dice a Efe un dirigente popular, "entenderse ya ahora".

Y es que aunque en el PP todos piensen que mejorarían resultados con unos nuevos comicios, en el Gobierno y en el partido preocupa la inestabilidad, sobre todo económica, que conllevaría la vuelta a las urnas, porque a pesar de que la recuperación está en marcha hay mucha volatilidad exterior a la que se añadiría, en este caso, la interior.

A muy pocos días de la constitución de las Cortes, las conversaciones se centran en la Mesa del Congreso, y no será hasta después del 13 cuando empiece la negociación pura y dura.

Pero ya antes el PP aguarda un acontecimiento que considera clave para que empiece a desmontarse la coalición de izquierdas que busca el PSOE: la convocatoria de elecciones en Cataluña.

Si Podemos quiere seguir repetir la hazaña que consiguió en las generales, ser la primera fuerza en Cataluña, no podrá renunciar al derecho a decidir, que es lo que más fuerza le ha dado en esa comunidad. Y eso, automáticamente, imposibilita el acuerdo con el PSOE.

Además, en el PP se insiste en que "lo que más viste"el acuerdo que el PSOE busca con las demás fuerzas de izquierda es la reforma constitucional. Pero dicha reforma no se puede llevar a cabo porque es imposible hacerlo sin el PP, tanto en el Congreso como en el Senado.

Son, en definitiva, factores que impiden para los populares que Pedro Sánchez consiga sacar adelante su coalición, todo ello sin olvidar las tensiones internas del PSOE que le pueden poner más impedimentos.

Así que los populares esperan que a los socialistas se les pase esta fase de negación y admitan dentro de unas semanas -cuando se vayan agotando los plazos- que no les convienen unos nuevos comicios.

Para entonces ya pueden tener preparado un acuerdo de gobernabilidad que podría parecerse al que populares y socialistas alcanzaron en 2009 en el País Vasco y con el que fue lehendakari Patxi López.

Una idea que han defendido en numerosas ocasiones dirigentes como el vicesecretario de Sectorial del PP, Javier Maroto, y que en el PP ven con buenos ojos, ya que consiste en un acuerdo de gobierno con compromisos concretos en materias económicas y sociales pero sobre todo porque buscaría, como entonces, garantizar la defensa de la unidad nacional ante pretensiones independentistas.