España

El PP irá antes a unas nuevas elecciones que aceptar un pacto sin Rajoy

El presidente del Gobierno en funciones insta a Sánchez a decidir ya con quién quiere asociarse porque él no es un obstáculo

El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, visitó ayer un colegio de FP
El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, visitó ayer un colegio de FPlarazon

El presidente del Gobierno en funciones insta a Sánchez a decidir ya con quién quiere asociarse porque él no es un obstáculo

Dentro del PP no hay ningún movimiento que hoy pueda cuestionar la decisión de Mariano Rajoy de mantenerse al frente del partido y de mantener su candidatura a la Presidencia del Gobierno. En la dirección popular califican de «ciencia ficción» la posibilidad de que la negociación con Ciudadanos para conformar un nuevo Gobierno, que abrirán formalmente el próximo miércoles, y hasta la hipotética que pudiesen poner en marcha con el PSOE, incluya la discusión sobre el nombre de Rajoy como candidato a presidir el Gobierno. Aseguran con contundencia que no es algo «discutible» y que dentro de la formación «no hay voces» que lo cuestionen.

Es el discurso oficial del equipo nombrado por Rajoy, pero por debajo de este mensaje subyace el hecho de que es cierto que a día de hoy dentro de las filas populares no se está articulando ningún movimiento de contestación al liderazgo de Rajoy ni hay nadie con capacidad de activarlo. Si en la negociación postelectoral llegase a ponerse firmemente esta cuestión sobre la mesa, la decisión dependería del hoy presidente del Gobierno en funciones. Es previsible que hablaría con algunos de los principales referentes de su partido, nacionales y territoriales, pero la decisión sería suya. «Hasta que se resuelva la Legislatura, o incluso se celebren nuevas elecciones, el futuro de Rajoy estará en las manos de Rajoy», sostiene uno de los barones del PP cuya continuidad no está en cuestión. El PP tiene pendiente de hacer una amplia renovación territorial, como consecuencia de los malos resultados en las autonómicas y municipales del pasado año, pero no la oficializarán hasta después del Congreso Nacional que celebrarán una vez se resuelva la conformación del nuevo Gobierno de la Nación. Ante la coyuntura de que se exigiese la salida de Rajoy para pactar la investidura de un candidato del PP, Génova defendería ir a unas nuevas elecciones.

Esta calma interna no niega las críticas sobre la gestión de la negociación postelectoral ni las reflexiones sobre el desgaste de su liderazgo. Pero Rajoy mantiene el control de su partido, y de querer continuar incluso aunque el PP pierda el poder, es difícil que cuaje un movimiento alternativo. No obstante, ése es un escenario abierto en el que habría que ver cómo se posicionan algunas organizaciones territoriales del partido y otros referentes nacionales del PP, hoy con responsabilidades de Gobierno.

Más allá del debate interno que alimenta el mal resultado del 20 de diciembre, Rajoy continuó ayer con su estrategia de presión al PSOE para que se defina en el tablero postelectoral. Desde un centro de formación para el empleo, en uno de los barrios madrileños más afectados por la crisis económica, el presidente en funciones instó a Sánchez a que decida de una vez si apuesta por gobernar con Podemos o si va a permitir que siga gobernando el PP. Rajoy reclamó que esto se resuelva cuanto antes porque la situación de interinidad perjudica a la economía. «Vivimos una época compleja de negociaciones y los políticos deberían cerrarlo pronto», puntualizó. El Rey Felipe VI finalizará el próximo miércoles su segunda ronda de contactos para proponer un candidato a la investidura, después de que Rajoy desistiese el pasado viernes por falta de apoyos.

El líder popular volvió ayer a reivindicar su oferta de un pacto con PSOE y Ciudadanos y negó que él sea el obstáculo para ese acuerdo. El problema, según remarcó, es que el secretario general socialista «quiere ser presidente». El obstáculo no es él, sino Sánchez, según su visión de la situación. En esta dinámica postelectoral, que exige que los actores se posicionen cada día, Rajoy dio una vuelta de tuerca a su discurso al introducir la exigencia de que Sánchez se decante para que, de ser posible, puedan abrirse las negociaciones y se resuelva esta situación de transición. «Sin ninguna suerte de entendimiento con el Partido Socialista no podemos gobernar», subrayó, para afear a continuación al líder del PSOE que insista en que «es el tiempo de Rajoy». El presidente en funciones hizo estas declaraciones en un acto en el que valoró los datos de la EPA que confirman el mayor descenso anual de desempleados de la historia de España. «Si el señor Sánchez no quiere saber nada del PP, lo que espero es que dé una solución a esta situación», concluyó el jefe del Ejecutivo en funciones. Su oferta de gran coalición volvió a ser rechazada por la dirección socialista.