Elecciones generales
El PP llama a negociar al PSOE aunque el bloqueo catalán haga «más probable» repetir las generales
Los populares ven en los nuevos comicios en Cataluña una oportunidad para frenar la ofensiva independentista. Rajoy cree que el desacuerdo soberanista buscará como salida un «frente de izquierdas»
Los populares ven en los nuevos comicios en Cataluña una oportunidad para frenar la ofensiva independentista. Rajoy cree que el desacuerdo soberanista buscará como salida un «frente de izquierdas»
En la dirección del PP creen que unas nuevas elecciones en Cataluña pueden ser una oportunidad para frenar la ofensiva de los partidos independentistas. En la agenda no dan nada por hecho porque la política catalana «no ha dejado de sorprender» en los últimos años, pero su análisis interno apunta a que si hay nuevos comicios, el soberanismo tendrá que moderarse y «calmar su hoja de ruta». «Si están donde están es porque perdieron el plebiscito en el que quisieron convertir las elecciones anteriores. No tienen más remedio que tomar nota de sus errores y de la realidad y cambiar el paso», interpretan en la cúpula del PP.
Por tanto, la caída de Artur Mas es aplaudida por el partido de Mariano Rajoy por sus efectos en el reto soberanista. Ante unas nuevas elecciones, los de Rajoy creen que es difícil que ERC mantenga el pacto con Convergència vistos los buenos resultados que los republicanos han conseguido en el Congreso al presentarse por separados en las elecciones generales. Desactivada la marca de Juntos por el Sí, el PP cree que Podemos intentará reeditar la alianza con «En Comú» y que esto también puede tener efectos sobre la estrategia del partido de Oriol Junqueras. A su juicio, Podemos va a presionar para llevar el debate del terreno de «independencia sí o no» al de “derecho a decidir sí o no». El soberanismo seguirá sobre la mesa, pero a otro ritmo y bajo la presión de tener que incluir en la agenda otras cuestiones sociales que hasta ahora han sido arrinconadas en el debate catalán.
En esta coyuntura, las nuevas elecciones pueden ser una puerta para que los constitucionalistas refuercen su acción en común, no en clave electoral, pero sí después de las urnas. Y son vistas también como una exigencia para que el independentismo «ponga los pies en el suelo» y haga la lectura «correcta» de lo que quiere la mayoría de los catalanes. En la dirección popular no se atreven a aventurar a quién pueden beneficiar más esas elecciones. Apuntan que es previsible que aguante bien Esquerra; que el partido de Artur Mas se acabará de hundir; y que la CUP pagará el retraso en su decisión. También confían en que ellos recuperen algo de voto de Ciudadanos, que ya perdió apoyos en las elecciones generales, y que el PSC se vea afectado por la falta de un liderazgo claro.
Y aunque no se altere sustancialmente el reparto de votos entre los dos bloques, constitucionalistas y soberanistas, sí dan por hecho que estos últimos tendrán que cambiar el orden de las prioridades. Una de las grandes incógnitas es hasta dónde puede llegar Pablo Iglesias de la mano de Ada Colau y agarrado al referéndum de autodeterminación.
El PP cree que el «no» de la CUP es una oportunidad para que la sensatez recupere terreno en Cataluña. Y que las elecciones son la mejor salida para superar el bloqueo actual. Su candidato volverá a ser Xavier García Albiol, y en su discurso de campaña, de convocarse los comicios, no habrá novedades significativas con respecto a las anteriores elecciones. El programa será prácticamente el mismo que en septiembre y en el mensaje insistirán en la idea de que unas nuevas elecciones son la oportunidad para hacer que Cataluña rompa con una agenda centrada únicamente en la división y en un proyecto, la ruptura con España, inviable. Los populares también creen que hay margen para que los constitucionalistas movilicen más voto que el que consiguieron activar en septiembre, cuando el independentismo sí fue a votar masivamente.
Ahora bien, la dirección popular también asume que unas nuevas elecciones catalanas pueden tener consecuencias a nivel nacional. Por un lado, porque hacen aún «más imposible» el acuerdo del PSOE con Podemos, ya que Iglesias no va a renunciar a la consulta, su baza ante la cita con las urnas en Cataluña. Por otro lado, advierten de que el PSOE debería tomar nota de lo que le ha ocurrido a la CUP. De cómo dilatar el proceso y la negociación puede desgastar al partido del que depende la gobernabilidad, argumentan.
En Moncloa y en la dirección del PP temen que el escenario catalán puede complicarlo todo aún más en Madrid. Tienen la impresión de que allí se está fraguando un frente de izquierdas, con ERC, Podemos, «y si pueden justificarse, hasta con el PSC». Hoy, el Comité de Dirección del PP celebrará la primera reunión del año, en la que analizarán las novedades en Cataluña y los contactos para conseguir sacar adelante la investidura de Rajoy. El candidato popular mantendrá su estrategia en búsqueda de un pacto de gobernabilidad con PSOE y Ciudadanos.
El PP insisitió ayer en pedir al PSOE que ceda y permita la investidura de Rajoy, según informa Efe. El ministro Alfonso Alonso señaló que la «parálisis institucional» de Cataluña y el «colapso» provocado por las «opciones radicales extremistas» debe servir de lección para buscar en las fuerzas mayoritarias una gran coalición que dé estabilidad.
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