Crisis del PSOE
El PSC ahonda la debilidad de Rubalcaba
Rompe con el PSOE en el Congreso para apoyar el «derecho a decidir». «No son socialistas. ¡Que se vayan!», clama un barón
Para unos, lo que hoy ocurra en el Congreso es consecuencia de la suma de dos debilidades: la de Pere Navarro en Cataluña y la de Alfredo Pérez Rubalcaba en el PSOE.
Para unos, lo que hoy ocurra en el Congreso es consecuencia de la suma de dos debilidades: la de Pere Navarro en Cataluña y la de Alfredo Pérez Rubalcaba en el PSOE. Para otros, la crónica de una historia anunciada desde que los socialistas catalanes incluyeron en su programa electoral el «derecho a decidir» de Cataluña, y la Ejecutiva Federal decidió adentrarse en una propuesta de reforma constitucional para darles cobertura. Para la mayoría, un síntoma más de un liderazgo interno inseguro. El caso es que el PSC romperá hoy la disciplina de voto en el Congreso de los Diputados para apoyar sendas propuestas de resolución de CiU e ICV en favor de una consulta de autodeterminación tras una negociación entre el Estado y Cataluña.
La decisión la anunciaba ayer el primer secretario de los socialistas catalanes mientras la Ejecutiva Federal del PSOE estaba reunida en Madrid, sin más representación del PSC que la de la diputada Esperanza Esteve, ya que José Zaragoza, hombre de confianza de Carme Chacón, cuyo nombre se ha visto salpicado por el escándalo del espionaje en Cataluña, alegó una gripe para no acudir a la cita. En el mismo momento en que Navarro invocaba la coherencia de su partido para romper con el PSOE en el Congreso, en la calle Ferraz se analizaba aún el resultado del Debate de la Nación, las encuestas que dieron ganador a Rajoy frente a Rubalcaba por 27 puntos y la inoportuna propuesta del líder del PSC para que el Rey abdique en favor del Príncipe Felipe. Algunos de los allí presentes cuentan que se escucharon duras críticas hacia la deslealtad de Navarro, incluso procedentes del propio Rubalcaba, que llegó a mostrarse visiblemente enojado con la deriva de los socialistas catalanes.
Reunión de urgencia en Ferraz
Nadie podía imaginar que unas horas después se abriría un auténtico cisma en las relaciones entre PSOE y PSC. Probablemente, la segunda crisis más importante en la historia de la cohabitación de ambos partidos, después de la de 2004 cuando se supo que Carod Rovira, miembro del tripartito que presidía entonces Pascual Maragall, se había entrevistado con ETA para pactar un alto el fuego en Cataluña. Aquel mes de enero en la calle Ferraz se revolvió entre los legajos hasta encontrar los estatutos de la «hermandad» y amagar con la ruptura si Carod no salía del Govern. Ayer, no se llegó a tanto. Pero Rubalcaba hizo venir a Madrid a Pere Navarro y a Antoni Balmón. Junto a Elena Valenciano, estuvo reunido con ellos durante dos horas en Ferraz para hacerles ver las consecuencias del desmarque de los 14 diputados catalanes hoy en el pleno. Catorce, claro, si es que Chacón, número uno del PSC por Barcelona, vota también a favor. Todas las miradas están puestas sobre ella, ya que presume de tener «doble militancia». En teoría está obligada a seguir las directrices del PSC, pese a que en este asunto se ha mostrado más cerca de la postura de Ferraz porque cree que un referéndum sobre la independencia, sea legal o no, sólo serviría para romper puentes y dividir. Ayer guardó silencio. Hoy tendrá que retratarse.
Decisiones individuales aparte, en el sanedrín de Ferraz se constataron las diferencias entre los de Rubalcaba y los de Navarro; el PSC se reafirmó en su voto a favor de la consulta y el PSOE anunció el suyo en contra. El secretario general explicará esta mañana, en el transcurso de un desayuno informativo ya previsto, la posición de la Ejecutiva, y la dirección del Grupo Parlamentario decidirá sobre las posibles sanciones por romper la disciplina de voto.
No obstante, ya han aparecido las voces internas que claman por el divorcio, un escenario que, sin duda, precipitaría la catarsis que necesita el socialismo para acabar con la «ausencia de fuerza y liderazgo» que se percibe en la marca en este momento. Un destacado barón clamaba ayer contra sus compañeros catalanes en declaraciones a este diario: «Éstos no son socialistas. ¡Que se vayan!». Otro secretario general hablaba sin ambages de la «ruptura de las reglas de juego», de un «problema de fondo» que requiere de un ejercicio de autoridad «si no queremos morir de inanición». Lo dicho.
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