Elecciones generales
El PSOE quiere elecciones ya para que sus pactos no le pasen factura
Se sienten reforzados por los resultados del 24-M y aspiran a salvar la distancia con el PP
Se sienten reforzados por los resultados del 24-M y aspiran a salvar la distancia con el PP, pero sus alianzas con Podemos causan recelos entre militancia, dirigentes y empresarios.
A pesar de que apenas restan cuatro meses para las elecciones, a algunos partidos se les está haciendo larga la espera hacia las urnas. Izquierda Unida, Ciudadanos y ahora también el PSOE, entre otras formaciones, han solicitado abiertamente al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que adelante los comicios y los haga coincidir con las elecciones en Cataluña.
El Partido Socialista, que hasta ahora había mantenido la cautela en este sentido, ha virado considerablemente su estrategia a raíz de los resultados obtenidos en las municipales y autonómicas. Hasta en tres ocasiones en menos de un mes, miembros de la dirección del PSOE –entre los que se encuentra el propio secretario general– han pedido que el Gobierno no agote la legislatura. Desde Ferraz no aciertan a apuntar cuál es el detonante del cambio de actitud hacia el Ejecutivo –cuestión de estrategia política–, pero existen varios argumentos que justificarían la repentina urgencia por concurrir a los comicios. La progresión de Pedro Sánchez es positiva, «sigue subiendo», según reconocen fuentes socialistas, lo que en principio le colocaría en un buen punto de partida para medirse con Mariano Rajoy, que no goza de tanto respaldo, si atendemos a las últimas encuestas. «Pedro es un líder fuerte, sin rival», se felicitan los miembros de su equipo.
A pesar de haber marcado los peores datos históricos en unas municipales, el PSOE se siente moralmente reforzado por los resultados que arrojaron las urnas el 24 de mayo, pues –si bien no son extrapolables– superaron la hecatombe de las europeas y se quedaron a sólo dos puntos de distancia del PP, un recorte que no atiende a la progresión socialista sino, más bien, a la regresión popular. En el seno del PSOE consideran que Rajoy tiene un proyecto «agotado» y que debe «regenerarse en la oposición», y apuntalan esta hipótesis señalando que el propio presidente del Gobierno, con los cambios que hizo en el partido, lo está reforzando para abandonar el poder.
Tras desvelar que en la reunión que mantuvieron Rajoy y el líder del PSOE en La Moncloa, el jefe del Ejecutivo comentó que «estaba abierto a un anticipo electoral» al mes de septiembre, el adelanto ha marcado la agenda socialista, aunque –peticiones aparte– fuentes consultadas por este diario entienden que el presidente agotará la legislatura y aprobará los Presupuestos Generales del Estado de 2016. Este gesto supone la guinda de su gestión económica y dejaría un legado de estabilidad presupuestaria ante la incertidumbre de los resultados que arrojen las urnas. Con la pelota en el tejado de Rajoy, en el PSOE reconocen estar preparados para cualquier escenario. «Ya estamos haciendo campaña, no hemos cambiado el chip desde las municipales», confiesan.
Y son precisamente las decisiones tomadas tras el 24-M las que podrían pasarles factura a los socialistas hasta llegar a las urnas. El PP exhibe sus pactos con Podemos para trasladar la imagen de un partido que ha perdido la centralidad y que se ha alineado con la izquierda radical, unas acusaciones que podrían tener su base en los primeros compases de los ejecutivos autonómicos socialistas que empiezan a rodar con la ayuda de la formación de Iglesias. «No tenemos ningún miedo», señalan fuentes socialistas, que puntualizan que los pactos han sido de investidura y no de gobierno. «Nos viene bien tener días de gobierno antes de las generales para demostrar que hay otra forma de hacer las cosas», destacan. Pero lo cierto es que parte del electorado y del sector empresarial español no entiende el viraje del PSOE hacia Podemos y recuerdan cómo el líder de la formación prometía que no pactaría «con populares ni con populistas» meses antes de las elecciones. Tampoco una vertiente del partido comparte que los socialistas se hayan convertido en «pasarela» para los de Iglesias en muchas ciudades, pues consideran que la estrategia de Sánchez de ganar poder territorial en las autonómicas y municipales puede perjudicar las opciones del partido de cara a las generales. En esta línea se encuadró el mensaje de Mariano Rajoy, cuando señaló que el PSOE «había pactado con el Tsipras español», unas declaraciones que los socialistas contrarrestaron de la mano de su experto económico Jordi Sevilla, que en un encuentro informal con periodistas colocó a su partido entre el PP y Tsipras –o Podemos, según sus propias palabras– en el espectro ideológico.
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