Elecciones generales

El PSOE teme más la abstención que el «sorpasso»

Ferraz reconoce que no ambiciona conseguir más votos que en diciembre, sino lograr movilizar

El líder del PSOE, Pedro Sánchez, durante la manifestación del 1 de Mayo en Madrid
El líder del PSOE, Pedro Sánchez, durante la manifestación del 1 de Mayo en Madridlarazon

Ferraz reconoce que no ambiciona conseguir más votos que en diciembre, sino lograr movilizar

El bloqueo político y la ineptitud de los partidos para poner a funcionar las instituciones tendrán su reflejo en las urnas. El hastío ciudadano hacia las formaciones que se autoproclamaron como baluartes del cambio y han sido incapaces de transformar un ápice la realidad se traducirá en una baja participación, según auguran todos los sondeos. El contador arrancó el 21-D y aquellos que presumían de no tener cargas a sus espaldas, cuentan ahora con el bagaje de estos cuatro meses de estériles contactos y acuerdos frustrados. Del «voto protesta» que encumbró a los emergentes se ha pasado al «voto culpable» de quienes se arrepienten de las opciones por las que apostaron en diciembre y volverán al redil de los partidos tradicionales o a la abstención. Este segundo supuesto es el que más preocupa en Ferraz. En la sede federal de los socialistas miran con desconfianza la alianza de Podemos e IU, pero constatan con auténtico pavor los datos de participación. Según NC Report, el 24,3% de quienes no acudirán a votar el 26-J, lo hicieron por el PSOE el 20-D. La formación de Pedro Sánchez es consciente de que su verdadero rival es la falta de movilización de unos votantes que han dejado de ilusionarse con el proyecto socialista y que huyen hacia otras opciones políticas. Tanto es así que destacados dirigentes reconocen en privado su «gran temor» a que la escasa participación impulse la candidatura de Mariano Rajoy y les deje sin opciones de articular una mayoría de izquierdas para, esta vez sí, llegar a La Moncloa.

«No votar es lo mismo que hacerlo por el PP», destaca un dirigente, que explica cómo la omisión de la izquierda es equiparable a la acción de la derecha. Por ello, el PSOE se ha lanzado a una modesta tarea: no ambicionan conseguir más votos que en diciembre, sino mantener al menos a quienes votaron por ellos entonces, otorgándoles su peor resultado electoral de la democracia. «Debemos merecer la confianza de quienes nos votaron el 20-D, para que lo vuelvan a hacer ahora», reclamaba Antonio Hernando en la primera reunión del Comité Electoral socialista del que es portavoz. En Ferraz dan por buenos los datos que rompieron el suelo histórico de la formación, lo cual implicaría que los españoles no castigan la ficción mantenida durante los últimos cuatro meses para llegar al Gobierno sin los apoyos suficientes. Sólo así se entiende el optimismo que irradiaba el propio Hernando al valorar los resultados del CIS que les otorgaban cuatro décimas menos que en diciembre en intención de voto, pero que suponían un punto más de lo que les atribuía el mismo barómetro en enero. Los socialistas entienden que los españoles valoran sus esfuerzos para llegar a La Moncloa y que castigan el bloqueo de PP y Podemos por impedirlo.

Sin embargo, en sus esfuerzos por formar Gobierno el PSOE se lanzó en brazos de Ciudadanos, una alianza que algunos votantes del PSOE no entienden y otros han interiorizado hasta tal punto que el trasvase de votos a la formación de Rivera se ha convertido en la principal sangría de los socialistas, tal como detalla NC Report en páginas anteriores. Desde los sectores más críticos del partido con el pacto se demanda un «sobreesfuerzo de explicación» para trasladar a las bases que el idilio de Sánchez con la derecha se acabó en el momento que se disolvieron las Cortes. Desde la dirección también se teme la desmovilización de estos sectores y de aquellos militantes y simpatizantes que nunca entendieron el giro entre llamar a Ciudadanos «las Nuevas Generaciones del PP» y firmar a bombo y platillo un pacto insuficiente para gobernar.

La izquierda, víctima del hastío

Según NC Report, la abstención podría mermar hasta en un millón de votos el caladero de la izquierda, lo que –dejando el «sorpasso» en segundo término– impediría a este ala ideológica tocar poder. Por ello, desde Podemos y el PSOE se ha propuesto en los últimos días que los españoles residentes en el exterior que ya solicitaron votar en las elecciones generales del pasado 20 de diciembre no tengan que volver a cursar la pertinente solicitud para hacerlo para los comicios del 26 de junio y reciban directamente toda la documentación para poder ejercer su derecho.