Venezuela
El servicio secreto de Chávez ya tiene las cintas del etarra De Juana
Los investigadores tratan de confirmar la denuncia del empresario español
-El Sebin (Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional) tiene ya en su poder las grabaciones efectuadas por las cámaras de seguridad del centro comercial Plaza Mayor, de la localidad de Lechería, en el estado venezolano de Anzoátegui, en el que un empresario español vio al etarra José Ignacio de Juana , sobre el que pesa una orden internacional de detención dictada por la Audiencia Nacional.
Según informaron a LA RAZÓN fuentes conocedoras del asunto, los agentes del Sebin han recogido las grabaciones de las cámaras situadas en la zona del citado centro comercial en la que el empresario reconoció, de forma indubitada, al que fuera jefe del «comando Madrid» de ETA, que hace medio año logró huir desde Irlanda a Venezuela.
Oficialmente, ya que las investigaciones están en marcha, no se ha facilitado el resultado del visionado de las grabaciones. Las versiones que circulan sobre la presencia o no del etarra en las cintas carecen, por lo tanto, de valor. Ninguna Policía del mundo comunica sus resultados a terceros, sobre todo cuando trata de localizar a un delincuente que está reclamado a través de Interpol. De Juana se encuentra en ignorado paradero desde marzo de 2010.
De hecho, el empresario recibió, días pasados, la visita de cuatro agentes del Sebin, que le recabaron toda la información sobre lo ocurrido, cómo se produjo el encuentro; por qué reconoció a José Ignacio de Juana sin ningún género de dudas; la ropa que vestía; la actitud que mantenía, etcétera. «Querían saber dónde lo vi exactamente, si llevaba gorra o gafas, cómo iba vestido y si estaba cambiado respecto a las últimas fotografías, entre otras cosas», manifestó el empresario, cuya identidad no se facilita por razones de seguridad, en declaraciones a LA RAZÓN.
El industrial español recuerda que «eran alrededor de las nueve de la mañana y él estaba caminando frente a la oficina del BBVA del centro comercial Plaza Mayor, justo junto a la puerta principal; iba solo, con una mochila a la espalda, y como despistado. Lo reconocí al instante. Tiene una cara de asesino que no puede con ella».
En medios antiterroristas se ha valorado la actitud del empresario de colaboración con la Justicia y las Fuerzas de Seguridad, ya que, pese a la reconocida peligrosidad del individuo con el que se topó, un pistolero sin escrúpulos, no dudó en ponerse en contacto con los servicios de seguridad del centro comercial que, lógicamente, carecen de competencias para detener a un individuo por el mero hecho de pasear por la zona; y denunciar los hechos ante la Interpol y el Consulado de España en Puerto de la Cruz.
En sus declaraciones a LA RAZÓN, subrayó que había adoptado esta decisión porque «quería que en España supieran que este tipo está aquí, para ver si pueden mandarlo para allí para que se haga justicia; lo que pasa es que con ETA da miedo denunciar estas cosas, no vaya a ser que tome represalias».
Las fuentes consultadas por este periódico llaman la atención sobre el hecho de que José Ignacio de Juana sepa que se le ha visto en Venezuela y que, por lo tanto, en función de la orden de detención internacional que pesa sobre él, debe de estar siendo buscado por las Fuerzas de Seguridad. Al tratarse de un individuo que ha vivido muchos años en la clandestinidad y que ha demostrado que sabe moverse por el mundo con documentación falsa (su huida de España a Irlanda y, de este país, a la nación caribeña, así lo demuestra), es seguro que se ha ocultado en un lugar seguro.
En el estado de Anzoátegui, y el vecino de Sucre, cuya capital es Cumaná, existe una importante colonia vasca y varios de los etarras que fueron deportados o huyeron a Venezuela viven en localidades de esta parte del país. De Juana tiene «a su favor» que es un individuo que inspira miedo y que, en los últimos años, demostró que era capaz de imponer su voluntad a la que marcaba la propia «dirección» de ETA.
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