El desafío independentista
Elsa Artadi, la nueva lideresa «indepe»
Siempre a la sombra de sus padrinos políticos Andreu Mas-Collel, Artur Mas y Puigdemont, es ahora la «musa» del ex president y la llamada a pilotar la nueva etapa
Siempre a la sombra de sus padrinos políticos Andreu Mas-Collel, Artur Mas y Puigdemont, es ahora la «musa» del ex president y la llamada a pilotar la nueva etapa.
Su vida tiene claramente dos caras. Elsa Artadi i Vila procede de una ilustre familia de economistas catalanes afincados en Sitges, es doctora por la Universidad de Harvard, fue profesora en Milán y una universidad china, miembro del comité científico de la Asociación Europea de Economistas y consultora del Banco Mundial en Washington. Todo un bagaje de auténtica «niña bien» que conjuga con ser ahora la musa de Carles Puigdemont y activa guerrillera del independentismo. A sus cuarenta y seis años, esta mujer rubia, políglota, apasionada del yoga y las acuarelas es la triunfadora de Junts x Cataluña como jefa de campaña del ex president fugado. Su brillante currículum internacional contrasta con su ferviente nacionalismo y verbo acerado contra España. Es una princesita rebelde, que maneja bien el poder conseguido a la sombra de tres padrinos políticos: Andreu Mas-Collel, Artur Mas y el propio Puigdemont.
El primero la llevó a la Generalitat cuando era conseller de Economía y la nombró directora general de Tributos y Juego donde creó la famosa lotería de La Grossa. Ya entonces apuntaba maneras de lideresa y sus compañeros la recuerdan muy mandona, enérgica y ambiciosa. Considerada una experta en temas fiscales, su gran salto se lo brinda en bandeja Artur Mas, que la hizo directora de Coordinación Interdepartamental de Presidencia. Una especie de super-jefa de Gabinete con enorme poder sobre todas las consejerías de la Generalitat. En las elecciones autonómicas de noviembre se afilió al PDeCAT y pocos meses después se dio de baja, justo cuando Puigdemont la designó jefa de campaña, lo que provocó un gran malestar en el partido. Su inclusión en la candidatura como número diez por Barcelona y todo el poder para dirigir la campaña cayeron como un aguijón en la dirección convergente.
Elsa Atardi ha sido siempre una mujer polémica que tuvo varios enfrentamientos con Artur Mas en su etapa de presidente, pero se ganó la confianza de Puigdemont como gran «fontanera» de la Generalitat hasta convertirse en su mano derecha en el equipo electoral. Atardi fue en la candidatura, lideró los mensajes de campaña y decidía el modo en que los dirigentes de la antigua Convergència participaban en algunos actos aunque no fueran candidatos. El propio Mas, Marta Pascal, Neus Munté o David Bonvehí han estado en un escenario inédito donde, por vez primera, ningún dirigente ha ido en primera línea, a las órdenes de una mujer ya fuera del partido. Los resultados como segunda fuerza más votada la consolidan como el cerebro y la poderosa «dona» del ex president fugitivo. Ella ha movido todos los hilos de la llamada corte de Bruselas.
Con una mentalidad muy americana de sus años en Estados Unidos, Elsa Atardi festeja el Día de Acción de Gracias con sus amigas de entonces frente a un típico pavo con grosella y algunos villancicos. Experta en acuarelas, pinta ella misma unas postales que envía a su familia y amistades. Quién diría que sus años de joven moderna en Washington y Nueva York la llevan luego a ser una activista de la independencia. Su combate contra España no la impidió mantener un jugoso sueldo en la Generalitat de más de ochenta mil euros y comprarse ropa deportiva de afamadas marcas. Le apasiona practicar el yoga en las playas de Sitges y la comarca de El Garraf, de donde es su familia. Su pareja sentimental es Heribert Padrol, un fiscalista que fue diputado de CiU en el Congreso en la legislatura del 2000. A los dos les gusta navegar por la Costa Brava y hacer senderismo en los Pirineos, como claros representantes de esa burguesía catalana con privilegios pero furibundos nacionalistas. Es su doble vara de medir, siempre con el rechazo a todo lo que venga de Madrid. Antiguos compañeros de Atardi aseguran que antes no era tan radical y entienden bastante mal que una mujer tan viajada y con un doctorado nada menos que por la Universidad de Harvard sea ahora la mujer fuerte de un hombre tan gris como Carles Puigdemont. Lo cierto es que ella ha diseñado toda su campaña mediática desde Bruselas y se ha convertido en un azote dialéctico contra España. Así había que verla la noche electoral con su exultante sonrisa y el signo de la victoria soltando diatribas contra Mariano Rajoy en el 155. Viste juvenil, con vaqueros y «pull-over» británico, cuida su melena rubia y esconde la miopía bajo unas gafas de brillante profesora.
Fue la «gurú» económica de la Generalitat y ahora es la gran zarina política del soberanismo. Quienes bien la conocen no dudan de su fuerte personalidad y dotes de mando. En el mundo independentista ha nacido una estrella que dará mucho que hablar.
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