ERC salva al president por tercera vez de comparecer por el «caso Pujol»

ERC vuelve a las andadas y, de la misma manera que Pedro negó a Jesús tres veces, los republicanos se han negado por tercera vez al president de la Generalitat. Artur Mas no tendrá que acudir a la comisión de investigación sobre el fraude fiscal, tal y como se votó ayer. Oriol Amorós fue el encargado de explicar el nuevo capote a Mas: «Creemos que el president de la Generalitat debe comparecer para dar su punto de vista sobre los asuntos de corrupción, pero reiteramos que creemos que el lugar adecuado es la comisión de Asuntos Institucionales. Dado que él mismo dijo que estaban predispuestos a hacerlo le emplazamos y confiamos en que lo hará».

La comparecencia de Mas había sido solicitada después de la imputación de Jordi Pujol, su esposa Marta Ferrusola y tres de sus siete hijos por delito fiscal. La comisión ya había llamado a declarar a toda la familia excepto a una de las hijas, Mireia Pujol, pero los parlamentarios completaron ayer el pleno y acordaron su comparecencia.

El plato fuerte de la jornada, sin embargo, corrió a cargo del ex fiscal José María Mena, encargado junto con el ex fiscal Carlos Giménez Villarejo de investigar el caso de Banca Catalana. Explicó «el vaciamiento patrimonial llevado a cabo por los querellados en la causa –entre los que se encontraba el Pujol– llevó a Banca Catalana a un fatídico final».

Mena explicó que, una vez finalizada la instrucción del caso, presentaron un escrito ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) con indicios de apropiación indebida, falsedad en documento público y mercantil y maquinación para alterar el precio de las cosas contra 18 de los ex consejeros del banco, entre los que se contaba Pujol. El TSJC, sin embargo, sobreseyó el caso. «Decidieron que se debía archivar el asunto porque hasta la fecha los grandes fraudes se resolvían diciendo que se trataba de una asunto civil y no penal, y no se investigaba. Algunos siguieron la vieja inercia del trabajo más fácil».