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España replica a Reino Unido: «Las aguas eran españolas»
Exteriores niega que se produjese ninguna «incursión ilegal» en Gibraltar por parte de los barcos de Seguridad
Las continuas manifestaciones públicas por parte del gobierno británico hacia lo que ellos llaman «incursión ilegítima» de los barcos de la Seguridad española en aguas gibraltareñas ya han tenido respuesta. LA RAZÓN ha tenido acceso a la carta que el secretario de Estado para la Unión Europea, Fernando Equidazu, ha enviado al ministro británico para Europa, David Lidington, como rspuesta a la que él le mandó el pasado miércoles. En aquella misiva, Lidington le trasladaba su «indignación» porque las embarcaciones españolas hubieran realizado incursiones en su terreno marítimo mientras perseguían delincuentes a principios de agosto, y refutó la reivindicación de que las aguas que circundan Gibraltar son españolas.
Días antes, el ministro británico Hugo Swire fue más lejos y tachó de «inaceptable» el procedimiento. «El 9 de agosto, los barcos del Estado español entraron en repetidas ocasiones en aguas territoriales británicas en Gibraltar sin notificar a las autoridades gibraltareñas», aseguró.
La respuesta por parte de Eguidazu ha sido contundente. Niega que haya existido ningún incidente, y menos aún una incursión ilegal, ya que reivindica las aguas en las que faenó la patrulla de la Guardia Civil como españolas, al igual que hiciera el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, el pasado día 9 de este mes: «Para España esas aguas son españolas».
Eguidazu le recuerda a Lidington que su gobierno conoce «la posición de España respecto de los espacios cedidos y no cedidos a la Gran Bretaña por el Tratado de Utrecht permanece inalterada desde dicho Tratado. Así, España no reconoce al Reino Unido otros derechos y situaciones relativos a los espacios marítimos de Gibraltar que no estén comprendidos en el artículo X del Tratado de Utrecht de 1713, suscrito entre las Coronas de España y la Gran Bretaña».
Respecto al hecho de que no se informara a las autoridades gibraltareñas, el Ministerio de Asuntos Exteriores también lo rebate. Explica que desde el Servicio de Vigilancia Aduanera se efectuó una llamada a las 2:50 horas de la madrugada del domingo 9 de agosto a la Policía del Peñón para avisar de que la embarcación española se acercaría con motivo de la persecución. «Como es lógico, dicha llamada se produjo sólo en el momento en que nuestras Fuerzas de Seguridad conocieron hacia dónde se dirigía la embarcación perseguida», escribe Eguidazu, y lo razona en que al inicio de una persecución es imposible saber hacia dónde se dirige la misma o dónde terminará. «Gracias a dicha llamada, la Policía de Gibraltar pudo estar en el lugar del desembarco y pudo detener a los narcotraficantes, por lo que no puede hablarse de falta de cooperación por nuestra parte».
Pese al tono firme de la carta, el secretario de Estado para la UE asegura que España acoge el ofrecimiento del Reino Unido de cooperación en la lucha contra el crimen organizado en esa zona, «Cuenta con la mejor voluntad de mi país para explorar fórmulas para mejorar la cooperación con el Reino Unido en este ámbito», y añade que el mayor impedimento hasta la fecha ha sido la «actitud hostil» de las autoridades locales gibraltareñas.
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