Terrorismo

ETA paga 950 euros a los pistoleros que aún tiene en activo

Miembros de la coordinadora Gesto por la Paz aplauden la decisión por «amplio consenso» de sus integrantes la disolución de la organización tras 28 años de «trabajo por la paz»
Miembros de la coordinadora Gesto por la Paz aplauden la decisión por «amplio consenso» de sus integrantes la disolución de la organización tras 28 años de «trabajo por la paz»larazon

ETA cubre sus gastos en la actualidad gracias a las reservas que hizo antes de abril de 2011, cuando anunció que suspendía el cobro del chantaje terrorista conocido como «impuesto revolucionario» y de los plazos que algunos empresarios tenían pendientes y que han seguido pagando, hasta completar la cantidad que los pistoleros les habían exigido en su momento.

Además, según expertos consultados por LA RAZÓN, la banda tiene ahora muy pocos gastos y, a título de ejemplo, señalan que a los etarras que mantiene en activo, entre 30 y 50, les ha convertido en «mileuristas». Con una cantidad de 950 euros, los pistoleros tienen que pagarse la casa (casi siempre compartida con otros miembros de la organización criminal), la manutención, la ropa, etcétera...y estar dispuestos a entrar en «acción» en cuanto se lo ordenen.

Antes de anunciar el «cese definitivo», ETA hizo un gran esfuerzo para acumular dinero mediante el citado «impuesto revolucionario», que pagaban muchos empresarios, y, sobre todo, con secuestros «exprés», con los que llegaron a obtener importantes sumas de dinero.

El empresario elegido era retenido contra su voluntad durante un corto periodo de tiempo (un máximo de 24 horas, para que algún vecino o conocido no alertara de su ausencia). Durante ese tiempo, la familia tenía que reunir, por todos los medios, la cantidad que ETA les exigía. En la mayoría de las ocasiones, no se llegaba al total del rescate, ya que la retirada de grandes cantidades de dinero de los bancos podía ser también un motivo de sospecha de que algo raro ocurría, pero, al final, la suma de dinero era importante. Además, en estos casos, como en los que tenían pendientes plazos del «impuesto revolucionario», se podían establecer unas entregas en unas fechas posteriores.

Las fuentes consultadas subrayan que se trata de uno de los métodos más efectivos que «Gezi» (el «aparato de extorsión» de ETA) ha ideado, ya que en ningún caso se han producido denuncias ante las Fuerzas de Seguridad. El industrial afectado, una vez en libertad y «resuelto» su problema en un periodo tan corto de tiempo, optaba por no meterse en líos, entre otras cosas porque así se lo habían exigido los pistoleros.

Por lo que respecta al pago de plazos atrasados, recuerdan que en el comunicado remitido por la banda a las patronales vasca y navarra en abril de 2011, se hablaba de que la «exigencia del impuesto revolucionario que ha solido realizar nuestra organización queda cancelada», al tiempo que les exigían que, dada la «influencia del sector social» que tienen los empresarios, apoyarán el «proceso» con el fin de lograr «para Euskal Herria una solución justa y democrática». De perdonar «deudas pendientes», ni una línea.

Última oleada en 2010

La última oleada de cartas en las que se exigía el «impuesto revolucionario», algunas de ellas con importantes cantidades, se produjo en octubre de 2010. ETA recibió entonces mucho dinero que, con el proveniente de los secuestros «exprés», le ha permitido mantener sus infraestructuras sin ningún problema económico.

Existe la sospecha de que la banda puede estar recibiendo, a través de vías indirectas (para hacerlo indetectable a las Fuerzas de Seguridad), apoyo económico proveniente del mucho dinero que manejan en la actualidad las organizaciones de su entramado. Las referidas fuentes admiten que se trata de una mera sospecha, sin que hasta el momento hayan logrado obtener ninguna prueba.

En cualquier caso, si la banda terrorista, como auguran ya algunos expertos en la materia, se está preparando para cometer una acción de fuerza (con el fin de presionar al Gobierno para que negocie o, al menos, como paso previo, traslade a los presos al País Vasco y Navarra), no va a tener ningún problema económico para hacerlo, incluso si optara por una campaña de atentados más o menos espaciados en el tiempo.