El debate de los impuestos

Feijóo: «En el PP el debate no es si hay que bajar impuestos, sino cuándo»

Alberto Núñez Feijóo. Presidente de la Xunta de Galicia

«Las regiones que cumplen tienen que mantener la fluidez en el acceso a fondos estatales y europeos»
«Las regiones que cumplen tienen que mantener la fluidez en el acceso a fondos estatales y europeos»larazon

Entrevista con Alberto Núñez-Feijóo, presidente de la Xunta de Galicia.

–¿Ve ya con mejores ojos el déficit asimétrico, después de las conversaciones que están manteniendo las comunidades con Hacienda?

–Veo bien que haya un criterio objetivo para todas las comunidades, que se decida en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) y que haya también un objetivo común para todas en 2015 o en 2016, según considere Hacienda que debe hacerse el reparto de la flexibilización que ha concedido Bruselas.

–Pero la elección de ese «criterio objetivo» se hará precisamente para favorecer a las autonomías que el año pasado no cumplieron con sus obligaciones. A favor de Cataluña, Valencia o Murcia.

–En estas circunstancias, el principio de solidaridad que pedimos para el modelo de financiación autonómica debe servir también para ayudar a las comunidades con un déficit más alto y que no son capaces de llegar este año a donde podemos llegar otras comunidades que sí hemos hecho los ajustes. Siempre que se haga con un criterio objetivo.

–Ese «criterio» en el que insiste, ¿cuál debe ser?

–Hay varias posibilidades: el porcentaje de deuda de una comunidad; su porcentaje de reducción del déficit; el porcentaje de la población ajustada por el PIB... Pero debe quedar claro que lo que se discute es la senda, no dónde se tiene que acordar, que es en el CPFF, ni el objetivo final ni el año en que tenemos que cumplirlo.

–¿Entonces Galicia está dispuesta a quedarse por debajo del 1,2 por ciento de déficit para darle algunas décimas a esas regiones que no pudieron hacer sus deberes en 2011?

–No vamos a gastar hasta el 1,2 por ciento porque no lo necesitamos. No nos interesa seguir endeudándonos porque la deuda para hoy es más esfuerzos para los ciudadanos en el mañana. Aquí no estamos hablando de dar más dinero a las comunidades que no pueden cumplir, sino de autorizar a algunos Gobiernos autonómicos a endeudarse más. Y aquellos que no son capaces de cumplir con los objetivos de déficit al mismo ritmo que otros tendrán que seguir pidiendo esfuerzo a sus ciudadanos durante más tiempo.

–Y si es tan malo que te den más margen para ajustar el déficit, ¿por qué entonces algunos compañeros suyos, presidentes de otras comunidades, están tan enfadados con Hacienda porque haya optado por el déficit asimétrico?

–Inicialmente se planteó una asimetría, una desigualdad en el déficit y que se negociara bilateralmente. Ahora estamos hablando de un objetivo común en un foro común. Aquí ya no hay comunidades con un trato de favor, que decidan su propio déficit y el criterio de reparto.

–¿Usted entiende el enfado de Monago con Hacienda por este tema?

–En democracia, Monago ha conseguido ser el primer presidente de Extremadura del PP. Y es verdad que puede haber alguna cosa que sorprenda, pero hay que hacer política desde el territorio para entenderlo todo. Yo soy muy respetuoso con los distintos acentos, pero es que además en este caso Monago no pide cosas sólo para él, sino para todos.

–A él no le parece bien que Cataluña y otras comunidades del PP tengan un déficit más alto este año. ¿Y a usted?

–Puede que tenga que ser así si se toma como referencia el ajuste que han hecho en su presupuesto. Hay comunidades que han hecho un ajuste mayor en sus presupuestos y que todavía tienen un déficit muy alto. Cataluña lo redujo el año pasado del 4 al 2; Galicia, del 1,6 al 1,2. ¿Quién ha reducido más el déficit?

–Bueno, pero el déficit acumulado no es una maldición divina. ¿Algo habrán hecho mal para que, pese a recortar mucho, todavía sigan teniendo muchísimo más que ajustar?

–Claro que han hecho cosas mal. Las hicieron especialmente los gobiernos anteriores. Y Cataluña ha perdido todo un año con la convocatoria de elecciones y la decisión de no elaborar un presupuesto. Durante los dos primeros años de Legislatura tuvieron un comportamiento responsable, pero se fatigaron y con los discursos no se pagan las facturas. Las ideologías no solucionan los problemas de una comunidad que no es capaz de atender a sus proveedores.

–¿Hay que seguir ayudando a la Generalitat si no son leales con el Estado?

–Hay que mantener la lealtad con los ciudadanos de Cataluña. Los Gobiernos pasan, pero los ciudadanos permanecen. Hay que ser leales con los servicios públicos catalanes, con su Sanidad, Educación, alumnos y universidades. Hay que ser responsable con los ciudadanos y también, por supuesto, con la aplicación de la Constitución en todas las comunidades, con independencia de las provocaciones de los gobiernos autonómicos. Y hay que distinguir un gobierno de sus ciudadanos y el diálogo de la aplicación de la Ley, que no se negocia.

–Ya sabe que hasta dentro de su partido hay debate sobre si falta contundencia en la respuesta a la Generalitat.

–El Gobierno está recurriendo todos los pronunciamientos en contra de la Constitución. Y da más resultado un discurso inteligente que un discurso contundente. A veces conviene más hacer discursos inteligentes y suaves en las formas, y muy claros en el fondo.

–¿Cómo cree que va a acabar el desafío soberanista de Mas?

–Estamos ante una equivocación histórica, que no ha cometido ningún presidente de la Generalitat, ni siquiera cuando estaba en el Gobierno ERC. Ni el tripartito planteaba las cosas que hoy propone el actual presidente de la Generalitat. Y ya sabemos cómo acaba esto porque tenemos un antecedente que es el Plan Ibarretxe. Aquello acabó sin plan y sin Ibarretxe.

–¿Teme que intentará la consulta?

–No creo que un presidente de autonomía, que sabe que es el representante ordinario del Estado en su comunidad, pueda convocar algo a sabiendas de que es una ilegalidad. Desde la discrepancia, tengo en más estima al presidente de la Generalitat.

–Volviendo al déficit, ¿cómo cree que se debe compensar a las comunidades que cumplieron con el objetivo?

–Hay varias posibilidades. Están los fondos estatales, por ejemplo. Tiene todo el sentido que se mantenga la fluidez de estos fondos, que se recogen en los Presupuestos Generales del Estado o se negocian en las comisiones sectoriales, para aquellas comunidades que no somos un problema para el Estado, no incrementamos la prima de riesgo y que podemos colocar la deuda sin acudir al Fondo de Liquidez Autonómica (FLA). Y también se las puede compensar con fondos europeos gestionados por el Estado, que necesitan cofinanciación y demandan solvencia. Para poder acceder a esos fondos se nos pide dinero, el Estado asume una cantidad, pongamos el 70 por ciento, y las comunidades, el resto. Las que estamos saneadas disponemos de capacidad para compartir esa reparto.

–¿Y usted cómo pide que se reparta entre Gobierno y comunidades el nuevo margen de déficit que ha autorizado la Comisión Europea?

–Es una decisión del ministro Montoro. El Gobierno está dirigiendo la política económica en una coyuntura muy difícil. Hace un año España era un drama, y ya no lo somos, como acaba de reconocer el presidente de la Comisión Europea. Hace un año la prima se acercaba a los 600 puntos, y cuando yo convoqué las elecciones en Galicia, el PSOE me decía que lo hacía porque Rajoy me había anticipado el rescate. Un año después nadie discute que las reformas van en buena dirección. Se puede discutir el ritmo, pero no que se están haciendo los deberes.

–Con las cifras de paro y las previsiones económicas hay menos razones para estar contentos, aunque hayan hecho los «deberes», como dice.

–Es verdad, pero por eso hay que seguir haciendo reformas hasta que se convoquen las próximas elecciones generales. La agenda tiene que continuar y hay que seguir adelgazando para crecer. Si no todos los recursos se irán a alimentar la deuda.

–¿Le ha faltado sensibilidad social al Gobierno?

–Es muy difícil valorar a un Gobierno en tan poco tiempo. Los ciudadanos tampoco estaban nada contentos con el PP del 97. Las cosas empezaron a mejorar en el 98 y 99, y tuvimos la suerte de coincidir con un ciclo alcista y entonces teníamos más herramientas a nuestro alcance como una política monetaria y el Banco de España como banco central. Rajoy se encontró con 30.000 millones de euros de déficit oculto; con 29.000 millones de euros en el agujero tarifario del sistema eléctrico; con un sistema financiero con entidades financieras a punto de quebrar; y con una prima de riesgo desbocada. Y todos esos desequilibrios se han ido corrigiendo.

–¿Quiere decir que Aznar lo tuvo más fácil?

–Quiero decir que quienes saben aguantar y tienen tenacidad salen adelante. A Aznar también se le cuestionaba en el 97 y fíjese cómo acabo el mandato. No hay ningún militante del PP que no reconozca su labor. Pero también le digo que vivimos en un país muy mediático, en el que las noticias son como globos, que se hinchan, explotan y ponemos otro a circular. Las palabras de Aznar fueron descontextualizadas.

–¿Para usted no fueron un aviso y una crítica a la gestión de Rajoy?

–Cada maestrillo tiene su librillo. En el PP no hay ninguna discusión sobre si hay que bajar los impuestos, sino sobre cuándo hay que hacerlo. Y el Gobierno entiende que hacerlo en estos momentos pondría en peligro las pensiones y las prestaciones por desempleo. Otros opinan que aumentaría la recaudación. Pero desde Europa los mensajes que nos envían son también muy contradictorios. La Comisión te dice que hay que revisar el IVA; el BCE defiende que se baje; y el FMI te puede decir una cosa hoy y matizarla días después. El Gobierno está actuando con responsabilidad y peleando para que en Europa se imponga el equilibrio entre la contención de la deuda y el apoyo a la financiación para facilitar liquidez a los proyectos productivos.

–¿Usted cuándo cree que hay que bajar los impuestos?

–El objetivo del Gobierno es, por este orden, controlar el déficit público, generar empleo y bajar los impuestos. Hasta entonces, yo siempre me he mostrado partidario de las bajadas selectivas de impuestos, como hemos hecho en Galicia, por ejemplo, para facilitar el acceso a la vivienda o más recientemente con incentivos fiscales para los emprendedores en los impuestos de patrimonio, renta, sucesiones y donaciones y actos jurídicos.

–¿Es partidario de que en la reforma fiscal integral que ha anunciado el Gobierno se cedan todos los impuestos a las comunidades? ¿Que sean del todo responsables de ingresos y gastos?

–Las comunidades ya han alcanzado su madurez. Hasta esta crisis los presidentes autonómicos gastaban, y cuando se acababa el dinero, pedían más. Ahora sabemos que se nos elige no para gastar, sino para administrar. Y las que tenemos las cuentas más saneadas garantizamos el autogobierno. Y las que tienen que acudir al ICO, al Fondo de Liquidez Autonómico y al déficit excesivo están tuteladas.

–Le preguntaba por los impuestos.

–Ya hay una cesta de impuestos autonómicos.

–¿Si deberían recaudarlos todos?

–No. Esto es una nación de ciudadanos libres e iguales, no 17 mini-estados.

«Si no hay más dinero para las CC AA, habrá que pactar el gasto»

–El debate del déficit se está ligando al de la financiación autonómica. ¿La reforma del modelo debe ser para dar más dinero a las comunidades?

–Desde 2009, las comunidades han hecho el mayor esfuerzo de su historia. Cada año hemos tenido menos presupuesto y el gasto se ha reducido entre un 15 y un 20 por ciento. Y sin embargo, estamos manteniendo casi los mismos servicios públicos que antes. Hace falta un gran pacto por los servicios públicos. Si no hay más dinero, y el que hay tiene que ir a las pensiones, la deuda y las prestaciones por desempleo, tendremos que pactar el gasto.

–¿Quiere decir que hay que hacer otro recorte en el gasto en servicios públicos, en Educación, Sanidad?

–Gobierno y comunidades tenemos que sentarnos a ver qué más podemos hacer para garantizar los servicios esenciales. Le pongo un ejemplo: en gasto público de farmacia, este Ministerio ha hecho más que nadie. ¿Es suficiente? No. Ahí están las cifras.

–Desde Galicia, ¿cómo ve el debate territorial del PSOE?

–España necesita un PSOE con un discurso nacional como el del 82. En 2004 perdieron ese proyecto nacional y lejos de encontrarlo, cada día se alejan más de él. No pueden perder más tiempo en orientarse. El PSOE no tiene que estar de acuerdo en todo con el Gobierno, pero sí con la gran mayoría social que nos pide que trabajemos juntos.

–Ellos dicen que ustedes tampoco les apoyaron en nada.

–Les dejamos un país con superávit...

–Se refieren a la oposición de Rajoy. Cuando ustedes votaban en contra de las reformas y ajustes de Zapatero en el Parlamento, hasta de los cambios en pensiones.

–Supongo que se refieren a la oposición del mismo Rajoy que cuando le llamó Zapatero en un mes de agosto se puso a su entera disposición y en días pactaron una reforma constitucional, que sirvió nada menos que para garantizar la estabilidad presupuestaria de un Gobierno que había derogado la ley que heredó del PP.