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Ferraz encaja el KO andaluz y se resiste a variar su calendario calendario

La Razón
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Enterado, sí; molesto, también. Alfredo Pérez Rubalcaba encajó ayer como pudo el revés que involuntariamente le propinó José Antonio Griñán cuando anunció que no repetiría como candidato. Cuando el número uno del PSOE empezaba a tener atado el Consejo Territorial del 6 de julio que debe aprobar el modelo federal del partido, el barón más influyente del socialismo le situaba frente al espejo de la realidad que demanda la militancia y también los cuadros desde hace tiempo: relevo y cambio generacional. Más presión a un debilitado liderazgo que ha sorteado no pocos obstáculos internos y externos desde que se hizo con las riendas del PSOE en febrero de 2012

De viaje oficial en Bruselas, el secretario general callificaba de «atinado» el anuncio del andaluz, pero resaltaba acto seguido que éste no alteraría el calendario del PSOE a nivel nacional: «He hablado con el señor Griñán largamente sobre este asunto y comparto sus decisiones.

Los dos compartimos que el calendario del PSOE es el que es y no cambiará por esta decisión que corresponde a la Junta de Andalucía y que es de y para Andalucía». Ahí lo dejo. El malestar la dirección fue muy evidente durante todo el día, pese a que evitaron las declaraciones públicas hasta que Griñán oficializó la decisión pasada la una y media de tarde en el Parlmento andaluz. Sólo Manuel Chaves hizo valoraciones y fue, no para glosar la figura de su sucesor ni para poner en valor sus más de 30 años de dedicación a la política, sino para dejar claro que el calendario de Rubalcaba permanecería inalterable. Durante la jornada fue inevitable que se reactivara en los corrilos el debate sucesorio y se especulara sobre si Rubalcaba se vería o no dispuesto ahora a mover ficha. Nadie s e atreve a aventurar escenarios, pero sí a proclamar el hartazgo de un secretario general que día sí día también se ve obligado a capear todo tipo de críticas. Unos porque pacta; otros porque no lo hace más; unos porque piden su retirada; otros porque le convencen de que no lo haga... De momento su próximo obstáculo será un Consejo Territorial que pretendía reconstruir la malhadada relación con los socialistas catalanes, y que ahora se convertirá seguro en el cónclave del adiós de Griñán y el por qué lo hizo en tal delicado momento. Desde Ferraz trabajan con la federación andaluza para que la decisión de Griñán no precipite de nuevo movimientos orgánicos desde los territorios para adelantar la convocatoria de las elecciones primarias que elegirán al candidato a las generales de 2015. Pero varios barones consultados ayer por este diario coincidían en que el secretario general queda tocado, después de lo de Griñán, y que tendrá que mover ficha. El socialismo no se cansa de mirarse el ombligo.